Una tesis doctoral realizada en el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (Cebas) ha demostrado que existen técnicas para la recuperación del suelo contaminado en la Sierra Minera de La Unión y Cartagena. La autora, Elena Arco, ha explicado que «hemos utilizado diferentes materiales orgánicos, como el alperujo o el purín de cerdo, aprovechando la gran producción de granjas porcinas de Murcia».

La tesis, que ha sido dotada con la máxima calificación, el sobresaliente ´cum laude´, estudia las enmiendas, tanto orgánicas como inorgánicas, y su efecto en la adsorción y biodisponibilidad de los elementos traza (ETs), que son nutrimentos esenciales que se encuentran en baja concentración en los ecosistemas. No obstante, pueden resultar tóxicos para los organismos y repercutir en los animales y las plantas, sobre todo con la actividad industrial y minera.

María Pilar Bernal, directora de la tesis y profesora de investigación del Cebas, informa de que «han estudiado dos tipos de suelo provenientes tanto de La Unión, contaminado por acción del hombre y actividad minera, como de Segovia, contaminado de forma natural con el elemento traza arsénico».

Se utilizaron dos tipos de compostaje: uno, preparado a partir de purín de cerdo, y el otro, a partir de alperujo; y un fertilizante húmico obtenido del compost de purín de cerdo. Tal y como explica el documento, «en los diferentes experimentos se evaluó el crecimiento de las plantas y su concentración de nutrientes y de elementos traza, las propiedades del suelo y la fracción de ETs en formas solubles y ligados al complejo de cambio al final del experimento».

Así, los principales resultados obtenidos en los experimentos llevados a cabo en macetas con el suelo minero de La Unión, «demostraron que el uso de compost procedente de purín de cerdo disminuyó la concentración de ETs en las plantas de manera más eficiente que el fertilizante húmico», defiende la tesis. Además, se demostró que «la adsorción de arsénico fue mayor en los suelos mineros, aunque la adición de compost o de fosfato afectó negativamente reduciendo su capacidad de adsorción», a diferencia de los suelos agrícolas segovianos.

Rafael Clemente (i), del CSIC; la autora de la tesis, Elena Arco; y la profesora Mª Pilar Bernal. L. O.

El Mar Menor, en riesgo

Este estudio ha llegado a un lugar en el que es necesaria la recuperación de su ecosistema. Aunque la Sierra Minera lleve inoperativa desde 1990, el suelo y el agua presentan altas concentraciones de arsénico, cadmio y plomo que no sólo implican un peligro para los animales y las plantas del lugar, sino que también presentan un riesgo elevado de toxicidad para la población y el Mar Menor. La Universidad Politécnica de Cartagena ya presentó en mayo de este año una patente que permitía la restauración efectiva de estas zonas de minería metálica.