La Virgen del Carmen volvió a surcar los mares y a ser la protagonista del homenaje que pescadores y Armada militar repiten cada 16 de julio y que le dedicaron durante la jornada con diversos actos hacia la que es su patrona y a la que honran con devoción.

El Arsenal Militar y el barrio de Santa Lucía fueron dos de los escenarios claves en los que la Virgen fue protagonista, aunque también hubo otros actos conmemorativos en pueblos y barrios cartageneros como el solemne cante de la salve a la puerta de la ermita de Galifa justo a medianoche o la misa, ofrenda floral y posterior procesión del trono por las calles de Los Urrutias como parte de su programa de fiestas.

Guardiana de la Armada

Firme, inmutable, solemne. Con ese aire se desarrollaron las actividades de tono castrense que comenzaron a las nueve de la mañana a través de una misa en honor a la Virgen del Carmelo en el Arsenal de Cartagena, en cuyo patio interior se inició a continuación un programa que contó con la asistencia de centenares de civiles, militares y autoridades, entre las que se encontraban la alcaldesa de la ciudad, Ana Belén Castejón, y el concejal de Seguridad Ciudadana, Francisco Aznar.

El acto conmemorativo, que estuvo presidido por el Almirante, jefe del Arsenal, Aniceto Rosique Nieto, arrancó con un homenaje a los que «sirvieron con lealtad y murieron con honor por España» y a los fallecidos en el mar, de las marinas mercante, de pesca, científica y de recreo. A todos ellos se les cantó de forma conjunta un fragmento de La muerte no es el final, cuyo pasaje central fue elegido en los años 80 como himno para honrar a los caídos de las Fuerzas Armadas Españolas. Además, se les dedicó una corona de flores y una oración para pedir por «la fuente de paz eterna».

También hubo tiempo para entregar condecoraciones a más de 35 profesionales repartidos entre tenientes, capitanes, comandantes, cabos, marineros, funcionarios, brigadas o soldados, así como de distinguir al personal de la Armada que ha finalizado su vida activa durante el último año y que pasa por tanto a situación de reserva. Esta despedida incluyó el beso a la bandera y un desfile por ambos laterales del patio de todos los aludidos. El oficial más antiguo presente se dirigió a los congregados y habló en nombre de todos para mostrar la satisfacción «por haber dado lo mejor de sí mismos» durante los alrededor de 40 años de trayectoria militar. Además, deseó a las nuevas incorporaciones que la Virgen del Carmen les acompañe «cada día de sus vidas, como lo ha hecho con todos nosotros».

Las palabras del Almirante del Arsenal hacia el público dejaron patente su agradecimiento no solo hacia el personal de la Armada sino también hacia los familiares y amigos «que se visten con sus mejores galas y que nos soportan día tras día».

Especial mención dedicó a la patrona del mar, «la que siempre aparece salvadora», así como a aquellos que dedican su «constancia, profesionalidad y numerosos sacrificios» por el país. El discurso finalizó con el grito de ´Viva España´ al unísono que resonó por todo el Arsenal.

El desfile de la Fuerza y los acordes del himno de la Armada de fondo puso fin a este tradicional acto dedicado a Nuestra Señora del Carmen.

Flores al mar para recordar a los que dejaron su vida en él

También los pescadores rindieron el tradicional homenaje a la Virgen. Los hombres del mar del barrio de Santa Lucía volvieron a sacar en sus embarcaciones al trono de la que también es su patrona. Tras la misa oficiada por el párroco de Los Barreros, la estrella de los mares fue portada a hombros hasta el Vela Gallego 2, en el que recorrió acompaña de más de 30 navíos la dársena del puerto. En un esperado receso, se lanzó una corona de flores al mar en honor a los pescadores fallecidos o personas que dejaron su vida en el mar.