Salí a media batería de Cartagena en dirección a Murcia con mi vehículo eléctrico y pretendía completar allí la carga. Es verdad que en la capital hay ya bastantes sitios: desde Carrefour, Eroski, El Tiro o La Condomina si tiramos de cargadores privados en grandes superficies, todos gratuitos, hasta electrolineras con supercharguer de pago de Ibil y otras opciones.

En eso que mi batería llegaba al 28% y la necesitaba al menos a un 55% para la vuelta a Cartagena, me pareció poco serio tirar de lo privado sin hacer gasto o lo que viene siendo lo mismo, aparcar en el cargador de cualquiera de esas grandes superficies y esperar con un café hasta tenerla cargada. Tenía que hacer una compra en El Corte Inglés, pero ni en su centro de Murcia ni en el de Cartagena, inexplicablemente a estas alturas, cuentan con cargador para vehículos eléctricos, así que cancelé mi compra y decidí lanzarme a la aventura de lo público. Marqué el teléfono que encontré en www.energiamurcia.es, un organismo dependiente del Ayuntamiento de Murcia, y sin atribuirle esperanza alguna y por aquello de confirmar la ineficiencia pública en estos y otros menesteres, dije con sorna en centralita que estaba en la ciudad y necesitaba cargar mi vehículo.

Mi sorpresa fue que un par de segundos después del inesperado 'un momento' estaba al habla con Jaime Ruiz, ingeniero encargado del proyecto. Fue capaz de llevarme arriba en sólo unos minutos hasta convencerme para que pasara por su despacho de modo que pudiera informarme del proyecto que el Ayuntamiento de Murcia quiere llevar a cabo y hacerme entrega de una tarjeta que me facilitaría la carga gratuita. Avisé que era cartagenero de nacencia y de contribución en impuestos, aunque iba a Murcia casi a diario, por si aquello podía suponer un problema tal y como está la cosa, pero me dijo que en absoluto y que allí me esperaba. Yo que necesito pocos voltios para nadar en aguas de la eficiencia energética tardé lo que mi vehículo eléctrico tardó en llevarme a la Agencia Local de la Energía y Cambio Climático de Murcia, en Azarbe del Papel, 22.

Con la amabilidad que los apasionados en una idea ponen en su trabajo me contó que acaban de inaugurar una plaza municipal de carga gratuita en La Glorieta con un Shucko de 16A y un Mennekes de 7,2KW, que será la primera de muchas que van a venir, que están convencidos, que han estudiado el asunto y que un 88% de los ciudadanos del municipio de Murcia no han usado nunca un vehículo eléctrico, pero que la práctica totalidad estarían dispuestos a usarlo, que el 62% cree que la falta de infraestructuras es una barrera, que solo el 27% piensa que la autonomía es aún insuficiente, que reducir la contaminación es el mejor beneficio del uso para el 55% y que un estudio llevado a cabo por 72 expertos concluyen que después de caminar y el transporte público, empatado con la bicicleta, el vehículo eléctrico es la mejor opción para moverse.

La última opción ya suponen la que es: esos chismes con motores ruidosos que combustionan y generan gases, alimentados por zumo de dinosaurio que siguen poblando y descomponiendo nuestras ciudades y nuestros pulmones. Murcia se ha puesto las pilas. Un ambicioso plan 2017/2019 que incluye desde la ampliación de la red de carga en comunidades, parking públicos, dependencias municipales, reserva de plazas de aparcamiento exclusivas, nodos intermodales, exenciones o subvenciones, un proyecto de coche y moto eléctrica compartido en dependencias municipales o la facilitación de carga en puestos de trabajo entre otras muchas medidas.

Después de eso me pudo la melancolía: marqué y pregunté en el Ayuntamiento de Cartagena dónde podía cargar mi eléctrico y aunque el interés de la operadora fue desmedido, no pudieron darme una respuesta negativa hasta el día siguiente.