El tiempo sigue su ininterrumpido transitar doblegando al ser humano hasta la muerte, como ha hecho siempre, y asistiendo al inexorable deterioro de sus construcciones y edificaciones; por tanto, no es de extrañar la carta firmada por José Vera, hermano mayor de la Junta del Santo y Real Hospital de Caridad; y por Francisco Montesinos, rector de la Basílica de la Caridad, en la que se dirigen a todos los cartageneros para informar que, después de ciento veinticuatro años, las cúpulas de la Basílica y sus soportes, así como el edificio del antiguo Hospital unido a la misma -declarado en ruina técnica-, necesitan de urgentes reparaciones que no pueden postergarse.

Muy lejos queda ya el 10 de septiembre del año 1893 cuando, a las ocho en punto de la tarde, nuestra queridísima Virgen de la Caridad portada a hombros por soldados del arma de artillería, y bajo una incesante lluvia de pétalos de flores, hacía la entrada triunfal en procesión en su nueva casa. La iglesia sería consagrada bajo el título de la Santísima Virgen de los Dolores por el Tomás Bryan y Livermoore, obispo de la diócesis de Cartagena entre los años 1884 y 1902; un malagueño de raíces irlandesas muy poco conocido por los cartageneros, pero que trabajó con ahínco por la Diócesis

El templo había sido proyectado por el ingeniero naval de la Armada y hermano mayor del Santo Hospital, Tomás Eduardo Tallerie Ametller; un cartagenero que no solo se limitó a realizar este ambicioso proyecto de estilo neoclásico, sino que a lo largo de los tres años que duraron las obras llevó a cabo las funciones de director técnico; por ello el pleno del Ayuntamiento de Cartagena, reunido en sesión extraordinaria el día anterior a la inauguración, le nombró hijo ilustre y predilecto de Cartagena. Significar, así mismo, que durante los trabajos que se iniciaron el 13 de febrero de 1890, Tallerie siempre estuvo auxiliado por Justo Millán Espinosa, nombrado por Alfonso XII Arquitecto de la Diócesis de Cartagena el 18 de septiembre de 1877.

Volviendo nuevamente a la carta de Vera y Montesinos, quisiera rescatar el párrafo siguiente por su elocuencia: Hoy es la Virgen de la Caridad la que quiere llegar hasta nosotros para pedirnos que unamos muchos gestos de solidaridad para colaborar en esta Campaña de recoger donativos y suscripciones para llevar adelante estas obras de restauración de la Basílica de nuestra Madre, la Casa de todos nosotros. Hagamos todos un esfuerzo y colaboremos con esta llamada que llega hasta nosotros desde el corazón de nuestra Madre de la Caridad.

Por último y sin poder añadir nada más, recordar que las obras sobrepasarán los tres millones de euros y que durarán unos tres años; por tanto, será bienvenido cualquier tipo de donativo mensual, trimestral, anual o incluso puntual? que todos los cartageneros pueden domiciliar en la cuenta corriente abierta al efecto ante la llamada de la patrona: ES68 3018 5743 1720 5213 9728.