La ola de calor que está azotando el país también ha afectado al Mediterráneo, ya que la temperatura del agua es más alta que otros años en junio. A esta situación se unió la presencia de trozos de vertidos en toda la franja que va desde la playa de El Galúa hasta Cabo de Palos. Los citados residuos eran recientes, ya que no estaban muy degradados, según pudo comprobar esta Redacción.

El ayuntamiento de Cartagena señaló ayer que desconocía la procedencia de los plásticos y que no se había producido ninguna avería en el emisario de aguas residuales del Galúa, que depende del Consistorio y que entra en funcionamiento cuando se produce algún fallo en los sistemas de bombeo del alcantarillado, como ocurrió durante el pasado verano a principios del mes de agosto.

Sin embargo, el presidente de la Asociación de Naturalistas del Sureste (Anse), Pedro García, señaló que cuando se trata de bolsas de plástico enteras y en trozos grandes «suelen proceder de la tierra y, en concreto de la costa sur de Alicante. Vienen arrastradas por la corriente hacia La Manga tras el viento de Levante que ha soplado en los últimos días, y el resto se los lleva el Mediterráneo».

A lo largo del año organizaciones como Anse organizan recogidas de residuos en las playas y montes del municipio.

El Consistorio señaló que ya había adoptado medidas para recoger estos residuos, aunque no especificó en qué consistían.

Por otra parte, también se pudo observar durante el pasado fin de semana restos de galipote -alquitrán- procedente de algún barco en la orilla de la playa. «Hace años que no ocurría. A unas cuatro o cinco millas de Cabo de Palos confluye la conocida como 'ruta de los vapores' o de los buques mercantes que van desde el sur de Francia, el centro y norte de Italia y parte del Mediterráneo hacia el Estrecho de Gibraltar», argumentó.

Precisamente el pasado martes, Greenpace hizo público un vídeo en el que muestra cómo llegan envases de plástico al Mediterráneo. Esta acción enmarcada en su campaña europea para denunciar la contaminación de este tipo de residuos que sufre el mar, se inició en la desembocadura del río Segura, en la localidad alicantina de Guardamar.

Estos envases se van descomponiendo en el mar durante décadas o siglos y pasan a formar los microplásticos que alimentan la contaminación de los océanos.

Hace dos semanas la Autoridad Portuaria de Cartagena también llevó a cabo una recogida de residuos en aguas de la Cola de Ballena, con motivo del Día Mundial de Medio Ambiente. El presidente del Puerto, Antonio Sevilla, señaló la importancia de no tirar residuos al mar, máxime cuando éstos acaban afectando al ser humano a través de la ingesta de productos procedentes del fondo marino.