Aunque estuvo unos años sin llevarse a cabo, Mucho Más Mayo ha vuelto para quedarse. Este festival público de cultura emergente está renovando las manifestaciones culturales en la ciudad y en sus barrios. Me contaban unos amigos de la Región que vinieron este pasado fin de semana y que estaban sorprendidos por el ambiente de las calles, la participación de la gente y la originalidad de las propuestas. Les gustó el pulpo gigante de Belén Orta en la muralla de Carlos III, así como el concierto al aire libre de Jamones con Tacones y demás grupos. Yo estuve en Barrio Peral, cuyo antiguo apeadero del ferrocarril servía de confluencia a varias generaciones en torno a propuestas artísticas, los grafitis, la poesía recitada o el rap con letras comprometidas con temas actuales que afectan a la juventud, a nuestra sociedad y al mundo en general.

Esta semana continúa este Festival que se va a convertir en un referente en el panorama Mediterráneo, con un amplio programa en el que no falta el cine, la música, la danza, el teatro, las exposiciones de artistas locales y foráneos y, además, sin caer en el mero entretenimiento. Lo más interesante de Mucho Más Mayo es que propicia interesantes reflexiones y consigue su objetivo de abrir los sentidos y la mente a través de la cultura, quizás, la única esperanza que nos queda.

Nada más empezar esta edición de M+M, se puede afirmar que el Festival ya ha conseguido su objetivo de transformar Cartagena a través del arte de nuestro tiempo. Los próximos días, hasta el domingo, van a desbordarnos con las propuestas de un Festival que ha crecido y que está siendo un ejemplo de lo que se puede hacer con la participación, la colaboración y la complicidad creativa de gestores culturales, artistas y ciudadanos.

Cultura y arte en la calle, instalaciones e intervenciones urbanas, música, danza, cortometrajes, talleres, conferencias, participación de los barrios invitados, recorridos por los estudios donde trabajan artistas cartageneros, acercamiento a centros educativos, etc. conforman un florecimiento que va a ir a más porque esta semilla ya no hay quien la pare si se sigue regando y cultivando entre todos. Este año, el festival ha llegado, además de al centro histórico de Cartagena a Barrio de Peral y a José María de Lapuerta, lo cual demuestra la intención de llevar la cultura a todos los rincones. Hay que seguir incidiendo en esto y es imprescindible que en próximas ediciones se sepa implicar a las diputaciones, llevando estas ondas expansivas, como agua de mayo, a los pueblos del municipio.

Especialmente interesante y acertado me parece el lema de este año: 'Comunidades imaginadas', que nos anima a reflexionar y avanzar en torno a nuevas perspectivas hacia las que caminar como sociedad, a nuevos imaginarios colectivos en torno a nuestras identidades y nuestras culturas, plurales, complementarias e interrelacionadas. Imprescindibles esas conferencias y mesas redondas previstas en el programa. Por suerte aparecen respuestas imaginativas y valientes, que reinventan modos de coexistencia basados en la cooperación. Esto, unido al magnífico programa de Cartagena Piensa, le hace a uno ser consciente de que hay aún un sitio para la esperanza en el género humano y en Cartagena, con estas iniciativas, se puede vislumbrar.

El programa de M+M es ambicioso y variado, y la selección de artistas y proyectos es, en su mayoría, espectacular. Una gozada al alcance de cualquiera en este municipio que tiene que ser mucho más que una ciudad con historia. Puede ser un municipio con futuro y un ejemplo de atracción para la Región. Cartagena está muy guapa estos días, y el próximo sábado, con la noche de los museos, esto va a ser más aún que la confluencia de todos los astros. Cartagena está activada y va a explotar: va a ser la madre de todas las culturas.