Un estudio de varias universidades y el Museo Arqueológico Municipal de Cartagena ha constatado que la contaminación del subsuelo por metales pesados en la antigua laguna de El Almarjal, desecada en el primer tercio del siglo XX para construir el actual Ensanche, comenzó mucho antes de la conquista de la ciudad por la civilización romana, en el siglo III a.C.

Fuentes de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), que ha participado en el estudio, indicaron que ésta es una de las conclusiones a las que ha llegado un equipo multidisciplinar de investigadores de las universidades de Madrid (UPM), Murcia (UMU), y la propia UPCT, así como técnicos del Museo Arqueológico de Cartagena, gracias a un proyecto financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología.

En esta iniciativa, denominada ´Carthago-Nova. Topografía y Urbanística de una urbe mediterránea privilegiada´, ha participado el profesor emérito de la Politécnica José Ignacio Manteca, especializado en yacimientos minerales y en la historia minera de la Sierra de Cartagena.

El proyecto dirigido por el doctor Sebastián Ramallo (UMU) ha descubierto que el origen de la contaminación de los suelos por metales pesados en el entorno de Cartagena se remonta a hace 4.500 años, un resultado que contrasta con la creencia existente hasta ahora, que exponía que el origen de este tipo de contaminación coincidía con la fundación de la ciudad portuaria hace unos 2.300 años.

Durante más de un año los investigadores han estudiado el entorno del Ensanche-Almarjal, estableciendo mediante la técnica del Carbono 14 que el conocido como Estero se formó hace unos 8.400 años, al tiempo que han realizado sondeos para registrar los cambios de las condiciones medioambientales de la zona a lo largo de miles de años.

Según este investigador, los contenidos de metales varían con la edad de los sedimentos. Con anterioridad a los 4.500 años los sedimentos de la laguna tienen «bajos valores» de metales, y es a partir de esa fecha «aparecen fuertes incrementos que indican que ya había una actividad industrial minero-metalúrgica, aunque de carácter discontinuo».

Monte Sacro y Molinete

A partir de los 3.550 años de antigüedad esa actividad industrial se hizo más continua y produjo una contaminación más alta, con valores en los sedimentos del orden de los 2.000 ppm (partes por millón) de plomo e incluso superiores, prolongándose hasta finales de la época romana.

Los puntos en los que han encontrado mayor contaminación estaban en los bordes de la laguna junto a la ciudad, y concretamente frente a la desembocadura de las pequeñas ramblas que drenaban la antigua urbe.

Una de estas ramblas desembocaba entre el Monte Sacro y El Molinete, y otra entre el Cerro del Molinete y el de La Concepción. Esto demuestra que algunas industrias metalúrgicas contaminantes debían estar en la propia ciudad, haciendo suponer que sus habitantes probablemente debían tener graves problemas de salud, según ha apuntado el propio Manteca.

Los investigadores también han comparado el resultado de su proyecto con otro muy similar llevado a cabo en Huelva, en la desembocadura de los ríos Tinto y Odiel, donde la actividad minero también se inició hace 4.500 años, corroborando así sus conclusiones sobre Cartagena, según las mismas fuentes.