Con el fotógrafo José Casaú Abellán se cumplió plenamente el dicho que dice que uno no es de donde nace sino de donde pace, pues aunque nació en Lorca en 1889 acabó siendo uno de los cartageneros más importantes del pasado Siglo XX. Su infancia no fue fácil y muy pronto tuvo que ponerse a trabajar bien fuera repartiendo carbón a domicilio o en panaderías tan conocidas como la de Vicente Sánchez en la calle del Carmen. Tras esta etapa tan sacrificada de su vida se decidió a emprender su propio negocio en 1910 adquiriendo la librería ‘Blanco y Negro’, situada en el número 13 de la calle Mayor, y donde se podían adquirir entre otros materiales tarjetas postales, objetos de escritorio y máquinas fotográficas. A partir de ese momento empezó a destacar como fotógrafo en reportajes sociales, pero no sería hasta 1917 cuando tendría estudio propio. Al igual que otros fotógrafos Casaú acabó sucediendo o haciéndose cargo del estudio de un compañero de profesión, en su caso el de Gómez Ros en la calle del Cañón.

En abril de 1918 fue nombrado corresponsal fotógrafo y administrativo de la revista madrileña ‘La Unión Ilustrada’, una de las más importantes de la época, y también lo sería del diario ‘ABC’ y la revista ‘Blanco y Negro’. Un año más tarde su tienda de la calle Mayor se vio seriamente afectada por la terrible inundación del 29 de septiembre de 1919, tragedia de la que nuestro protagonista hizo un magnífico reportaje en el que se podía apreciar la magnitud de la riada. Ese mismo año, la prensa local anunciaba que había adquirido la potente lámpara Radium que le permitía hacer fotografías por la noche sin molestia para el público. Su dominio del objetivo corría paralelo al de la publicidad y sirva como muestra el texto de un anuncio que decía lo siguiente: «A las feas las saca guapas, a los jorobados derechos, facilita mantones, peinas, caballos, aeroplanos, y todo lo que el cliente apetezca para retratarse, toda chica que se fotografía allí se casa antes del año».

En 1923 afrontó el reto de cubrir la visita de SS. MM. Alfonso XIII y Victoria Eugenia para inaugurar el monumento a los Héroes de Cavite y Santiago de Cuba, un reportaje que posteriormente fue editado en formato revista. Para la posteridad dejó constancia de las grandes fiestas de la ciudad como Semana Santa, Carnaval o la Feria de Verano con la Batalla de Flores o la Velada Marítima. El trabajo se le acumulaba y ello le permitió inaugurar el 12 de febrero de 1928 un nuevo estudio o galería fotográfica en la parte superior del edificio del local de la calle Mayor que fue diseñado por el arquitecto Víctor Beltrí.

En el recuerdo de muchos cartageneros están todavía las fotografías de barcos de todo tipo que entraban a nuestro puerto y que luego vendía en su establecimiento. La parte menos conocida de Casaú, posiblemente, sea la de empresario taurino, teatral e incluso el hecho de que llegara a ser presidente de nuestro querido Efesé. Algunos de esos datos aparecieron en el libro América está en todas partes, una biografía novelada de José Casaú escrita por el periodista cartagenero Pedro Bernal en la que destacaban también su espíritu caritativo con instituciones como la Casa de Misericordia o el Asilo de Ancianos.

Importante sería también su labor como promotor del monumento al Maestro Álvarez, compositor del pasodoble Suspiros de España y que fue inaugurado en diciembre de 1966. Con su fallecimiento, en diciembre de 1973, nuestra ciudad perdió a su fotógrafo por excelencia, aquel cuya obra es fundamental para conocer la historia de la Cartagena del siglo XX.