Nacido en el barrio de Los Dolores, en la calle de Vargas Machuca, Antonio Vallejo (Cartagena, 1942) obtuvo su título de arquitecto en 1970 por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid. Su relación con el Partido Cantonal empezó en 1978, por el que fue concejal entre 1979 y 1987. En febrero de 1987 se destapó un escándalo de corrupción protagonizado por el alcalde socialista Juan Martínez Simón, que provocó que dos de sus concejales, pasaran a las filas cantonales otorgándole la Alcaldía de Cartagena, con el apoyo de la entonces Alianza Popular.

¿Qué recuerda de aquellos años tan convulsos?

Entré en 1987 como alcalde, por la dimisión de Juan Martínez por una cuestión de dinero que se llamó, ya por entonces, 'el asunto de los sobres'. Entré hasta el final de esa corporación con los votos de Alianza Popular y con dos votos que me llegaron del propio partido socialista. Estuve un par de meses y luego salí elegido en las nuevas elecciones tras un pacto por adelantado con Alianza en el que un partido apoyaría al otro si era más votado y así fue. Cumplí mi mandato y una vez terminé me dejé la política por completo y la militancia de cualquier partido.

Ha cambiado mucho la cosa...

Es una vuelta al sentimiento cartagenero, sobre todo con la reivindicación de la provincia, cosa que a mi juicio debe ser debatida en profundidad, sin tapujos, en los órganos políticos correspondientes. Es una reivindicación que viene de hace muchísimos años, y que en ocasiones se adormece por la actitud de los dirigentes políticos. Merece una discusión seria en la Asamblea Regional, ahora que se está planteando la reforma del estatuto. Otra cosa es que se apruebe o no, pero al menos discutirla desde un punto de vista institucional.

¿Es real ese sentimiento cartagenerista?

Muchísimas personas se sienten cartageneras y no vinculadas a Murcia. También es cierto que hay otras que no sienten esa misma cosa. En lo que a mí me toca, sigo pensando que la provincia sería buena para Cartagena. Mi postura personal no ha sido nunca contra la murcianía, ni el pueblo de Murcia, sino contra la forma de gobernar de los políticos de Murcia. En mi época el presidente autonómico era Carlos Collado y cuando vio que el resultado de las elecciones me daba la Alcaldía llegó a decir que no me reconocía como alcalde, sino a su candidato, una vez que ya estaban los resultados. Luego se recondujo la situación y llegamos a tener acuerdos con ellos. Él calificó el acceso a la Alcaldía del PCAN como un brote revolucionario cantonal; esto fue algo descalificativo.

¿Cree que esa reivindicación acabará en buen puerto?

Lo veo difícil, sinceramente. Hay que tener en cuenta, y podemos entrar en profundidad, que esto no depende solo del deseo de los cartageneros. También depende de los municipios colindantes que formarían parte de la provincia. La política es cambiante y habrá momentos en que estén a favor y en las próximas legislaturas que no. Hay que tener claro qué municipios están dispuestos a sumarse y si eso va a ser estable en el tiempo.

Una quimera...

No es fácil, nunca lo ha sido y no lo va a ser ahora. Lo que sí que sería bueno sería definir esa posibilidad en la reforma del estatuto de autonomía para que de una forma sin complejos y absolutamente legal se pueda considerar la creación de la provincia. No hay que olvidar que Cartagena tiene una gran peso en la Región y entiendo que sería bueno para el resto de la Región. Complicado sí, pero imposible no. Es cuestión de los políticos que deben tener una visión a futuro más que una visión inmediata. Tienen que dejar la vía libre a que se pueda conseguir. Sería un logro democrático importante para contentar a todos aquellos que tienen ese sentimiento desde hace muchos años y que no va en contra de la unidad de España. Tampoco hay separatismos con el resto de la Región. Es simplemente una manera de reconocer una idiosincrasia que muchos de nosotros consideramos propia y distinta. Eso no tiene por qué ofender a nadie. La creación de las provincias ha sido con referencias de tipo histórico, solo habría que remontarse a la historia de Cartagena, que no tiene color con el resto de la Región.

¿Cómo ve al alcalde?

Cada cual tiene su manera de expresarse. Yo me preocupé de expresarme de forma conciliadora, pero eso no significa que otras personas puedan tener maneras distintas de expresar sus condiciones. Él está defendiendo el papel que le corresponde. Tiene su manera de ser y lo hace a su manera. Ello le va acarrear apoyos.