La Agencia Tributaria dio ayer un nuevo golpe al tráfico internacional de droga al interceptar un velero cargado con más de 1,5 toneladas de hachís que pretendían introducir por la costa cartagenera para su posterior traslado a Francia.

Así lo desveló ayer el jefe regional de Vigilancia Aduanera, Luis Marín, quien destacó que la droga incautada habría tenido un valor aproximado a los dos millones y medio de euros en el mercado ilícito. Asimismo, Marín informó de que los tres tripulantes del velero, un español, un húngaro y un marroquí, fueron detenidos y que pasarían a disposición judicial durante la mañana de hoy.

La operación, llamada Lantano, se desarrolló el domingo sobre las cuatro de la tarde, cuando el buque de Aduanas Abanto interceptó a 40 millas náuticas al sur de Cartagena una embarcación de recreo tipo 'sloop' llamado Maral, de 13 metros de eslora y bandera española, cuando transportaba 50 fardos de resina de hachís con 1.500 kilogramos de esta sustancia.

Todo el operativo se inició cuando los medios aéreos de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria de Murcia detectaron por la mañana del mismo día una embarcación neumática cargada de fardos de hachís navegando sin un rumbo definido, según explicó el jefe regional del Cuerpo. Realizado el seguimiento a la lancha se pudo identificar al velero Maral, que se dirigía a su encuentro, recibió la carga de la droga y cuando se disponía de nuevo a partir fue abordado por el patrullero Abanto, con base marítima en Cartagena.

Una vez que el barco se acercó al velero y le realizó señales acústicas y luminosas para que se detuviera, sin que sus tripulantes ofrecieran resistencia alguna, los funcionarios de Vigilancia Aduanera pudieron confirmar que desde la cubierta de la embarcación se veían las distintas dependencias cargadas de los fardos.

Dos horas de descarga

A partir de ese momento, los agentes de Aduanas procedieron a la detención de los tres tripulantes del 'sloop' y al control y traslado al puerto de Cartagena de la embarcación intervenida, los arrestados y la droga aprehendida.

Una vez en puerto -como es costumbre se utilizaron los muelles del Arsenal Militar- se llevó a cabo la descarga de los 50 fardos de droga, de unos 30 kilogramos cada uno. Una operación en la que intervinieron una docena de funcionarios de Aduanas, así como los secretarios judiciales que tuvieron que levantar acta de la droga incautada.

Una grúa adaptada al Abanto permitió la descarga en dos horas, para posteriormente proceder al pesaje del hachís.