Una banda de atracadores, de origen latino según fuentes policiales, anda en busca y captura desde que el pasado jueves noche asaltaran con armas de fuego la gasolinera BP, situada junto al Go Kart de La Manga. Allí, a las 21.15 horas, cuatro hombres encapuchados se llevaron haciendo uso de su fuerza la recaudación de la caja registradora y la cartera de un cliente que se encontraba llenando el depósito de su automóvil.

Los ladrones no tuvieron bastante con el botín del primer robo. Así que la noche siguiente, el viernes a las 22.05 horas, entraron escopeta recortada en mano a la estación de servicio Madrid del polígono residencial de Santa Ana. En ese momento en la gasolinera, que también es supermercado, había más de media docena de clientes, a los que les robaron bolsos, móviles y dinero. Entre ellos una niña pequeña y su madre, que está embarazada y sufrió un ataque de ansiedad tras el 'palo'.

Todos los clientes se echaron al suelo cuando vieron entrar a dos encapuchados. Uno de ellos portaba consigo una escopeta mientras que el otro buscaba el dinero con una bolsa de plástico. «Creo que se pusieron nerviosos al ver a tanta gente», aseguró una de las víctimas.

Los encapuchados entraron en un despacho del establecimiento con el dependiente de la gasolinera tras forcejear con él y encañonar a varias personas. Allí, al ver que no había nada, dispararon a bocajarro al gasolinero, que se salvó de chiripa de recibir el tiro.

Al hombre, de unos 50 años, le dieron un fuerte golpe en la cara con la culata. Su cabeza sangraba de forma abundante y fue llevado en ambulancia al hospital Santa Lucía. «Le han dado casi una docena de puntos, pero se encuentra bien», dijo uno de los encargados.

En el último atraco sólo actuaron tres hombres. Uno de ellos se quedó esperando a sus compinches en el interior del coche con el motor arrancado. Según EFE consiguieron llevarse 2.500 euros de Santa Ana. El automóvil que utilizaron para perpetrar ambas fechorías fue un Seat León oscuro del año 2007. El vehículo, que era robado, apareció poco después, pasada la medianoche en un lugar apartado del polígono de Los Camachos, junto al Cabezo Ventura. Los asaltantes huyeron de allí en una furgoneta antigua dejando que el automóvil fuera pasto de las llamas. Los Bomberos extinguieron el fuego pero el coche quedó calcinado y sin rastro alguno de los malhechores. Policía y Guardia Civil han abierto una investigación para encontrar a esta banda de atracadores que no duda en disparar su escopeta para conseguir un puñado de euros.

Hueco provocado por uno de los disparos durante el atraco a la gasolinera.