Nuestro cronista e Ilustre dramaturgo Isidoro Máiquez -gran aficionado taurino- dijo una vez a su gran amigo el torero Pedro Romero: «¡Cómo es posible que unos incultos haraganes en una sola tarde puedan ganar más que yo en todo un año recorriendo los escenarios de teatros más importantes!»; a lo que el torero contestó: «Cosas son Don Isidoro que muchas noches y muchos libros usted necesitó para morir de 'mentirijillas' todos los días, y nosotros sin saber ni leer ni escribir nos exponemos todas las tardes a morir de verdad entre los pitones del toro, todo tiene su porque y cada cual hace lo que sabe».

En la actualidad tenemos dos cartageneros trabajando en sendos libros sobre la rica historia de la Cartagena taurina. José Luis Abraham López, doctor en Filología Hispánica, diplomado en Biblioteconomía y Documentación, escritor y poeta... En su haber tiene publicados hasta un total de cuatro libros de poesía, y una decena de ensayos entre estudios de literatura y educación. Enamorado de su Cartagena, y a pesar de su juventud, está a punto de presentar su primera obra sobre la tauromaquia de su ciudad natal. El otro, académico de la Escuela de Turismo, persona muy querida por todos, con una capacidad de convocatoria espectacular, como ya pudimos comprobar en la presentación de su último libro El Molinete. Les hablo de José Juan Aniorte, el cual tiene en sus manos una obra sobre la cartelería histórica taurina de Cartagena, también dándole los últimos retoques y es su intención donar todo lo que se recaude de la venta a una institución benéfica, todavía sin comprometer. Pretende hacer la presentación antes de finalizar el año.

Volviendo al librito de bolsillo de Miguel Cabanellas, éste comentaba que el señor Vidal, empresario de entonces, un 28 de abril de 1867 preparó un espectáculo que por su novedad convocó a las masas y hubo un lleno total. Consistía en un combate entre el célebre elefante Pizarro con tres toros de distintas ganaderías acabando malheridos todos los contendientes.

La próxima semana seguiremos desmenuzando recuerdos taurinos?. Que Dios reparta suerte.