Semana de pasión y crucifixión en el barrizal de Europa. Imaginarnos a Jesús de Nazaret dándose un paseo por estos lares no debiera ser un incordio para los creyentes y podría ser muy interesante para quienes, sin serlo, quisieran entender algo de lo que, como civilización, decimos conmemorar en estos días de Semana Santa, procesiones, viajes y escapadas.

Frente a la simplificación de algunos que creen que todo esto es una mera parafernalia heredada del pasado y que hoy no tiene sentido en una sociedad moderna y no confesional, y frente a otros que viven con verdadero fervor las manifestaciones religiosas de estos días, existen, sin embargo, muchas visiones, todas respetables, que reconocen la importancia cultural, artística, turística y humana de estos días de encuentro con lo nuestro.

Si algo hemos aprendido de otras épocas de frentismos y fanatismos es que nuestro futuro como sociedad avanzada pasa por la convivencia y el respeto a las variadas manifestaciones que, sin imponerse, recogen las tradiciones, sentires y el imaginario social. Y aquí debe entrar también el respeto a las minorías, a las distintas confesiones y a los no creyentes.

A nadie se le oculta que en nuestra Región hay un renacer en las actividades de Semana Santa que hace que, por ejemplo, a las tradicionales procesiones de localidades como Cartagena, La Unión, Murcia o Lorca, se vayan sumando en nuestra Comarca, cada vez más pueblos y barrios como Balsicas, Cabo de Palos, Dolores de Pacheco, La Aljorra, La Palma o Pozo Estrecho. Los galileos, por ejemplo, han pasado de recuperar las procesiones, después de muchos años, a salir cuatro tronos en la procesión de este Jueves Santo, en que se recupera también el San Juan, labor en la que la Parroquia y la Hermandad de San Fulgencio han implicado a medio pueblo. Este renacer tal vez sea debido a un aumento en la fe, aunque todos tenemos amigos que se dicen descreídos o agnósticos pero a los que no les toques a su virgen o a su trono?

Seguro que hay mucha sincera devoción y participación llena de buenos sentimientos que no se queda en lo externo, ni en el sacar barriga? En todo caso estamos ante unas manifestaciones que son una oportunidad para la convivencia, para la belleza, para el turismo y ojalá lo sean también para hacernos mejores.

Estos días se conmemora en todo el mundo la pasión del Nazareno que, independientemente de su transcendencia divina, entregó su vida por los demás, poniéndose de parte de los que más sufren, de los últimos, de los olvidados. Jesús de Nazaret, aunque creyente, de todos es sabido que no pertenecía a las élites sociales, políticas ni religiosas de su época. Ni era sacerdote, ni siquiera pertenecía a ninguna cofradía. Lo que sí sabemos es que le gustaba compartir gratos momentos con sus amigos en torno a una mesa y que se acercó a la ciudad en plenas fiestas de Pascua, donde al principio fue recibido muy bien hasta que fue diciendo unas cuantas verdades a los gerifaltes. Hasta el pueblo, sabiamente manipulado por los de siempre, se puso en contra de su mensaje nuevo, prefiriendo lo malo conocido, la corrupción y la continuidad de los Barrabás, Pilatos y Sumos Sacerdotes del momento.

El mensaje de un orden nuevo, de amor al prójimo, la buena noticia para todos los sufrientes, de que lo más divino está dentro de nosotros, de que nadie es más que nadie, de tutear hasta a Dios mismo, de que todos somos sus hijos, sin importar raza, ni frontera, ni religión? sigue estando vigente y sigue pendiente hoy día en un mundo injusto en el que cerramos las puertas del Imperio a millones de seres que huyen del infierno de la guerra, el hambre y la deshumanización. La adoración a la cruz no debería serlo ante un objeto hermoso, ante una joya, sino ante un horrible instrumento de muerte y tortura que sigue siendo un escándalo hoy día, desde el punto de vista creyente o meramente humano.

¿Si Jesús volviera, dónde pasaría la Semana Santa estos días? ¿Nos acompañaría en nuestros desfiles con nuestras inmaculadas túnicas o nos invitaría, además, a acompañar y acoger a los penitentes, nuestros hermanos, que avanzan por el barro?