Comprobado está que a los políticos no les gusta que nadie les replique a nada de lo que hacen. Es como si el don de la infalibilidad les ungiese cuando llegan al cargo, por lo que cualquier crítica a su labor o decisiones supone un agravio contra su sapiencia. Si contradecirles en privado ya hace que quedes fuera de su línea de actuación, enmendarles la plana públicamente te convierte en enemigo. Nadie que no aprobase el curso y obtuviese el título de 'Apto para la Política', debería poder dedicarse a ella. Y es que para ser político debieran exigirse unos conocimientos mínimos, tanto en la materia específica del cargo a ocupar, como en las áreas comunes. Pero en este país, región o localidad, no solo se mete cualquiera a ejercer la política sino que encima se vuelve el más listo de la noche a la mañana?, y claro, así nos va.

Con el sistema actual, igual podemos ver de responsable de agricultura a quien solo ha regado macetas, o de industria y negocios a quien ha fracasado en los suyos propios, o de educación a quien no la conoce, o de turismo a quien solo ha ojeado revistas de cruceros, o de sanidad y servicios sociales, a quien carece de la sensibilidad necesaria. Subiendo un escaño en las responsabilidades, te puedes encontrar ejerciendo de políticos sin título, a alcaldes profesores de universidad cuyo mérito es tan solo haber aprobado esa oposición, o a otros con estudios sin acabar por falta de mollera, o a frustrados que no consiguen un empleo en ninguna parte. También los hay, los menos, que son un lujo de políticos. Y en cualquier caso, el sistema no impide que los corruptos y los tontos accedan al poder?, es lo que hay. Así las cosas, nos acabamos de enterar por LA OPINIÓN, que cada murciano, -niño, joven, menos joven y mayor-, debe 5.180 euros a las arcas públicas para pagar todas las deudas de la Comunidad. Y claro, ustedes dirán que no tienen culpa, que no se las hubiesen gastado los políticos?, pero no?, ustedes pueden cantar misa pero tendremos que pagar. La única diferencia es que los que no tienen cuartos no pagarán y los que tienen unos mínimos lo harán por ellos y por los que no pagan.

Ahora dicen que hay que recortar, pero cada vez que alguien habla de recortes parece que solo piensa en recortarlos del mismo sitio, como es el mínimo gasto que se invierte en los ancianos faltos de salud, en estado avanzado, con todo tipo de carencias físicas.. Incluso alguno se atreve a opinar que si a un enfermo no es posible recuperarle la salud, es que ya no es enfermo sino un problema social. ¿Saben ustedes cual es la diferencia?..., pues que si es enfermo conserva la paga y si es social pierde parte de ella. Sí, ¡hasta eso se ha llegado!, y todo para pagar aeropuertos, desaladoras, auditorios, palacios de deportes, autopistas y, posiblemente, llenar algunos bolsillos. Hay quienes quieren ahorrar no concediendo o retrasando las ayudas a las familias con dependientes, así como si con 400 o 500 euros se pudiese pagar a la persona que, durante 365 días y las 24 horas del mismo, tiene que entregar su vida al cuidado de otra, con negación absoluta de su propio yo. ¿Cuántos políticos lo harían por esos cuartos?..., pues encima se los niegan o racanean. ¿Qué hay picaresca?..., pues sí que la habrá, como hay políticos chorizos y no por eso se les niegan los salarios y privilegios a todos. Hace muchos años, en Fuente Álamo, un hombre bien apargatao de cuartos, se lamentaba delante de otro, pobre de solemnidad, de que la cosa estaba muy mal de dineros y que se encontraba muy apretado de liquidez? Aquel pobre que le escuchaba, con menos cuartos pero con más inteligencia, le contestó «¡verdad tenía que ser!»...

Un servidor no les desea para nada a estos políticos, -que quieren pagar los desmanes y boatos públicos ahorrando y/o escatimando en la miseria de recursos que destinan para los mas desfavorecidos, enfermos crónicos, ancianos impedidos y dependientes en general-, que se vean como los que tienen que entregar su vida a un ser querido dependiente, -ya sea en su domicilio o en un centro sanitario-, que aunque sea con todo el amor del mundo, es una durísima esclavitud?, maravillosa prueba de amor, si, pero una esclavitud al fin y al cabo que acaba amargamente con la salud, las ilusiones?, y casi la vida del cuidador. Cuando un político es joven y con salud, tiene unos padres también saludables, así como todos los miembros de su familia, le es muy fácil decir ciertas frases y tomar frías decisiones, pero para todos los que ya tenemos cierta edad, tenemos padres mayores necesitados y/o que cuidar a alguien que te demanda las 24 horas del día sin descanso, que te impide mantener tu trabajo, tus ilusiones y te marca la huella en el rostro de la dureza de la realidad?, pues no, no suenan bien, ni ciertas frases, ni ciertas actitudes, ni ciertas acciones. Que los políticos hayan dilapidado los cuartos en pirámides funerarias, para recoger un puñado de votos, es impresentable, pero que tomen medidas y actuaciones que afectan al bienestar de los ancianos, enfermos crónicos y dependientes, es?, ¡mejor los califican ustedes!, mis queridos lectores, porque yo, hoy, ni puedo ni debo. A diferencia de aquel pobre de Fuente Álamo, yo les digo a esos políticos «¡ojalá!, no os veáis así»,