Los propios hermanos de la cofradía california le preguntaron en un cabildo si aceptaría ser candidato a hermano mayor de la congregación, a lo que él aceptó. Meses después es una de las tres opciones que los encarnados votarán para que dirija la hermandad durante los próximos cuatro años. Juan Carlos de la Cerra tiene las ideas claras y muestra su modestia al asegurar que pide al Cristo del Prendimiento que gane el candidato «que más bien dé a la cofradía».

¿Cómo ha recibido la noticia de que los mayordomos hayan pensado en usted como posible hermano mayor de la cofradía encarnada para los próximos años?

Me lo preguntaron en un cabildo hace unos meses y les dije que estaba dispuesto a ser una de las opciones a hermano mayor y en la votación de la pasada semana salió mi nombre como uno de los tres más votados. Ahora sólo pido a los hermanos que vayan a votar con libertad, que no permitan engaños y que lo hagan con responsabilidad. Estamos para servir a la cofradía, no a nosotros mismos

¿Qué proyectos tienen en mente para poner en marcha?

Es el cabildo de mesa de la cofradía quien debe aprobar los proyectos que se proponen. El hermano mayor es el gestor de cumplir y hacer cumplir los estatutos y los acuerdos de esos cabildos. También de atender a los requerimientos y solicitudes de los propios hermanos e intentar solventar cualquier problema que exista y llevar al cabildo aquello que propongan.

¿Hay algún aspecto que le gustaría potenciar en la cofradía?

El presupuesto es pequeño, no como antes que había mecenas. Ahora con sacar las procesiones y mantener nuestro patrimonio ya es un gran paso. También destaco mucho la labor social de las cofradías, de todas, que es algo que estamos potenciando y que define lo que somos. Una de las cosas que veo es que falta formación, falta catequesis. Incluso puede que sobren actos litúrgicos. Invito al capellán de la cofradía y a los dirigentes espirituales de las agrupaciones a que promuevan cursos de formación para que llevemos a la práctica lo que dice el Evangelio. Es una faceta muy importante que tenemos que recordar, ya que si no tenemos fe somos fariseos.

¿Cree que le hacen falta mejoras a la Semana Santa?

Puede parecer una fiesta, pero no lo es. Hay que vivirla desde dentro. Es el acto cultural, social y religioso más importante de Cartagena y está bien configurada. No es mejor ni peor que otras, sino que es diferente. En un radio de 50 kilómetros de Cartagena tenemos las procesiones de Murcia o Lorca que son también maravillosas y que nada tienen que ver con las de aquí.

¿Qué destacaría de la Semana Santa y, en concreto, de la cofradía california?

Como he dicho, los diez días de la Semana Santa son los más bonitos de la ciudad y somos conscientes de las instituciones que tienen en cuenta el valor de todo esto y su trascendencia para Cartagena. Está claro que todo es mejorable, por supuesto, pero estamos satisfechos con la Semana Santa. Poco a poco, como si fuéramos hormigas, tenemos que ir mejorando y renovando nuestro patrimonio. Sobre los californios, creo que somos los mejores. Somos una gran cofradía, al igual que los marrajos; pero también el Resucitado y su gran procesión o el Socorro, con su austeridad.