La 'Gota de Leche' del siglo XXI se sirve en polvo. Mucho antes, en años de posguerra, varias mujeres de Cartagena daban el pecho a los pequeños desamparados en el mismo lugar donde hoy se entregan pañales y botes metálicos de leche maternizada. Los reparten porque muchas madres no pueden amamantar de manera natural a sus hijos y tampoco tienen dinero para comprar este alimento en la farmacia. Cada uno de estos botes de comida da para una semana de leche y su precio oscila entre 12 y 20 euros en función de la edad del bebé.

Por eso explican que, si no fuera por la ayuda que prestan, muchas madres seguirían dándole leche de vaca a los bebés, algo perjudicial para el estómago de los recién nacidos y su desarrollo tanto físico como psíquico.

Los responsables de esta acción solidaria cuentan que los tiempos han cambiado desde que empezaron a ofrecer su ayuda en los años 40 después de la Guerra Civil. Pese a ello, no esconden que la hambruna continúa asfixiando a muchas familias de la ciudad. La mayoría de las personas que asisten son de nacionalidad española, aunque auxilian a gente de distintos países y, pese a la vocación religiosa que profesa este colectivo, cualquier creencia es bienvenida para ellos.

Prestan servicio a más de un centenar de niños de entre cero y dos años gracias a la colaboración de un grupo compuesto por diez 'heroínas' que cada miércoles efectúan el reparto de víveres en la Casa del Niño. Sobre todo entregan comida y pañales para los bebés pero, por encima de este vital avituallamiento, tratan de profundizar en el problema que tiene cada familia para ayudarles a salir adelante.

Las visitan en sus casas junto a otro grupo de voluntarias que tienen en marcha un taller de costura y labores domésticas en la parroquia de San Antonio María Claret. La obra la hacen realidad una decena de mujeres que forman parte de la Asociación Internacional de Caridad de San Vicente de Paúl. La organización cumplió este año su primer centenario en España; en Cartagena llevan más de medio siglo. Aseguran que «cada día hay dos o tres familias nuevas en la Casa del Niño pidiendo auxilio».