La asociación Ascensho, que aglutina a la mayoría de los hosteleros nocturnos del centro de Cartagena, quiere llenar las calles en las que se emplazan los bares de copas de baños públicos. Así, según cuentan, frenarían la oleada de orines de las personas que hacen sus necesidades en la calle o en los portones de los edificios.

La medida fue presentada hace unos días al Ayuntamiento por los propios empresarios y no tendrá ningún coste para las arcas públicas, ya que los dueños de los bares correrían con todos los gastos. La idea de los hosteleros pasa por montar una veintena de aseos portátiles en las inmediaciones de la Cuesta de la Baronesa y las calles Cuatro Santos, Aire y Escorial. Esta última ha sido calificada por los mismos vecinos como el «urinario público de la zona de marcha», debido a la gran cantidad de personas que miccionan allí por la noche.

En cuanto a los problemas de salud que achacan los vecinos al ruido de la clientela de los bares, los empresarios recalcan que hacen todo lo posible para minimizar las molestias y recuerdan a los residentes que, gracias a los pubs, el centro ha recuperado su esplendor porque «antes daba miedo pasar por aquí a partir de las nueve de la noche».

El presidente de Ascensho, Alejandro García, defiende que «los bares no somos el cáncer del casco histórico» y expone que «nosotros somos los primeros interesados en hacer bien las cosas y causar el menor daño posible a los vecinos». Igualmente afirma que han intensificado los controles a los establecimientos asociados para que todos cumplan las ordenanzas escrupulosamente y se muestra tajante respecto a que todos respetan el horario estipulado de cierre y de recogida de terrazas.

Rechazo a más horas de terrazas

En este sentido, los moradores de las viviendas de calles como Aire o Cañón se muestran incrédulos ante la posibilidad que baraja el Ayuntamiento de ampliar el horario nocturno de las terrazas y critican que «el principal problema de nuestra falta de descanso no es la música de los bares, sino el ruido y el escándalo que arma la gente que sale a fumar o se toma la copa en mitad de la calle».