La plantación de cipreses y pinos carrascos es idónea para repoblar suelos mineros contaminados. Esta es la conclusión a la que han llegado los investigadores agrónomos de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) en una tesis doctoral que constata la viabilidad de la investigación realizada en las antiguas balsas de la Sierra Minera en la comarca cartagenera.

«Hemos comprobado la importancia de un tipo de plantas, a las que hemos denominado pioneras o primo colonizadoras, que juegan un papel determinante en la mejora de las condiciones de fertilidad del suelo y que, a medio plazo, facilitan el establecimiento de otras especies de mayor relevancia ecológica en el lugar», explica Isabel Párraga, autora del trabajo dirigido por los investigadores Héctor Miguel Conesa y Nazaret González.

La tesis, desarrollada por la Escuela de Ingeniería Agronómica de la UPCT, ha permitido comprobar que el empleo de especies arbóreas en la restauración de suelos con residuos mineros es efectiva. «Hasta ahora, la mayoría de la investigación en este campo se había centrado en plantas de porte bajo», defendió Nazaret González, investigadora de la VU University de Ámsterdam. «Pero la utilización de especies arbóreas no se había estudiado aún en profundidad. Estos árboles facilitan una mayor protección del suelo frente a la erosión, así mejoran enormemente la estética del propio paisaje», añadió.

El trabajo incluye de forma novedosa el empleo del ciprés, autóctono de Cartagena. «Hemos logrado un doble objetivo: por un lado, facilitamos la conservación del suelo ante agentes externos; y por otro, colaboramos en la preservación de esta especie endémica», resaltó Párraga.

Siete artículos científicos en revistas con un alto impacto en el área medioambiental a nivel internacional han respaldado el interés científico del trabajo universitario. Un hito que supone, en palabras de Párraga, «una ayuda para aplicar los resultados obtenidos en nuestro estudio en otras zonas semiáridas existentes con problemáticas ambientales similares».

La tesis doctoral se ha llevado a cabo gracias a la financiación de la Fundación Séneca, por parte de la Comunidad Autónoma de Murcia, que ha permitido junto con el apoyo del ministerio de Economía y Competitividad dotar de fondos a la investigación.