Los vecinos de la plaza de La Merced, popularmente conocida como el Lago, han decidido crear una nueva asociación que los una y con la que hacer un frente común para acabar con el abandono al que, aseguran, les tiene sometida la administración.

La persona elegida para liderar este nuevo proyecto es Juan José Pastor Conesa quién, junto a otros vecinos de la zona, ha pasado toda la semana inmerso en la burocracia que conlleva la creación de una nueva asociación.

«Hemos tomado esta decisión porque se ha hablado de muchas asociaciones vecinales en la zona, pero las personas que vivimos aquí no conocemos ninguna y no podemos seguir dejando que se abandone esta parte tan importante del centro de la ciudad», indicó.

Una de las principales quejas de estos vecinos es que el estigma de la inseguridad y de los robos continúe planeando sobre sus calles. «En esta zona había delincuencia hace treinta años, no ahora. Tenemos que luchar para acabar con este tema de una vez porque estoy totalmente seguro de que no ha habido un sólo robo en años y todavía hay personas que dicen que no vienen a estas tiendas o a estas cafeterías porque es peligroso. No es verdad», insiste Pastor.

Entre las tareas que han llevado a cabo esta semana está la reunión con el edil de Descentralización, Nicolás Ángel Bernal, al que han solicitado un local social para poder empezar a trabajar en mejoras para el barrio. «Necesitamos cuanto antes un local para empezar a funcionar y presentarnos a los vecinos, a hosteleros y comerciantes. Porque una de nuestras prioridades es precisamente dar participación a los comerciantes y hosteleros de la zona».

Además, han pedido una reunión con el concejal de Infraestructuras, Francisco Espejo, para que les informe de la situación en la que se encuentran tanto la remodelación de la plaza de La Merced como de las excavaciones arqueológicas que allí se encuentran. «Por supuesto, los vecinos queremos que las obras de remodelación de la plaza terminen cuanto antes y también que se pongan en valor los restos arqueológicos que tiene. Las excavaciones empezaron en enero del año pasado, se suponía que con un presupuesto de 300.000 euros, pero en febrero se pararon y no hemos podido saber la razón. Todo parece indicar que el dinero que se había presupuestado para esto, al final se destinó a otra cosa».

Pastor considera que las placas metálicas que se han instalado para proteger los restos arqueológicos «no están colocados adecuadamente. De hecho, se han levantado por un lado y ya hemos tenido más de un percance porque no se ve bien y la gente tropieza con ellos».

Otra de sus principales reclamaciones para la administración local es acabar con la situación en la que se encuentra el Monte Sacro.