El cadáver de Diego P., encontrado en Cala Cortina (Cartagena) el 25 de marzo con signos de violencia en un crimen por el que seis policías nacionales están en prisión desde hace una semana, fue arrojado al mar el mismo día en que se perdió su rastro, según el informe elaborado por varios científicos.

El documento, al que ha tenido acceso Efe y que ha sido incorporado a las diligencias que se tramitan en un Juzgado de Instrucción de Cartagena, recoge "con muy alta probabilidad" que el cuerpo fue arrojado en la propia Cala Cortina o en algún lugar próximo el 11 de marzo, día en que desapareció tras ser introducido en un coche policial.

El informe, elaborado por tres investigadores de la Universidad de Cantabria, llega a esa conclusión tras haber analizado, entre otros datos, los relativos al viento que hizo en la zona desde el día en que desapareció hasta que fue encontrado en la playa, de acuerdo con los informes aportados por la Agencia Estatal de Meteorología.

Los autores analizaron también las corrientes y el oleaje que reinó esos días en la zona, según los informaciones facilitadas por el servicio central de datos europeo MyOcean y Puertos del Estado, respectivamente.

Para la realización del informe, hecho a instancia del propio Juzgado de Instrucción, estos científicos llevaron a cabo un retroanálisis de la trayectoria del cuerpo.

Para ello, teniendo en cuenta el punto en que fue avistado el 25 de marzo, simularon la trayectoria inversa para localizar su origen.

Según se recoge en el documento, partieron de que pudo llegar a la cala antes de la hora en que fue visto por un paseante -las 12:00 horas-, por lo que realizaron un total de ocho simulaciones, que arrancaban como posible que llegara desde las 5:00 horas.

Por otra parte, al estudiar el punto en que el cuerpo sin vida de Diego P. pudo ser lanzado al mar, los investigadores seleccionaron tres, ubicados entre el Muelle de la Curra y Cala Cortina, "simulando la trayectoria que hubiera seguido un cuerpo que hubiera sido arrojado entre las 5:00 y las 9:00 horas del día 11 de marzo".

Al recoger sus conclusiones, los científicos indican que todas las simulaciones muestran que el cadáver tenía su procedencia en algún punto interior de la bahía y, "muy probablemente", de los acantilados situados frente a Cala Cortina.

Para los autores del estudio, el cadáver pudo quedar atrapado y probablemente se hundió en la zona de acantilados ubicada frente a la citada cala, entre la bocana del puerto y el límite exterior de la bahía, "lo que explicaría que no fuese avistado a lo largo de las dos semanas siguientes".

Como conclusión final exponen "con muy alta probabilidad" que fue arrojado el 11 de marzo en la propia Cala Cortina o en algún otro punto cercano a la misma.

En su declaración ante los investigadores de la Unidad de Asuntos Internos del Cuerpo Nacional de Policía, los seis agentes detenidos e ingresados en prisión el pasado miércoles admitieron haber llevado al fallecido hasta la citada Cala -algo que habían ocultado con anterioridad-, aunque negaron haberle dado muerte.

Los policías trataron de justificar ese traslado desde el domicilio del fallecido hasta el mencionado lugar diciendo que lo hicieron para que se calmara, porque estaba muy alterado cuando lo habían recogido en su domicilio tras denunciar que se sentía amenazado.