El interrogatorio por parte del Ministerio Público, representado por la fiscal Verónica Celdrán, y la titular del Juzgado de Instrucción 4 de Cartagena, María Antonio Martínez Noguera, desveló que existe una patrulla de policías portuarios que se cruzaron con los tres vehículos de los agentes implicados en el crimen de Cala Cortina cuando éstos abandonaban la zona.

De esta forma, según indicaron fuentes cercanas a la investigación, los dos guardamuelles estarían vinculados a la investigación en calidad de testigos y sobre sus declaraciones previas en las actuaciones llevadas a cabo por la propia Policía Nacional les preguntó la Fiscalía a los seis agentes imputados. El Ministerio Público reiteró en varias ocasiones si los policías portuarios les preguntaron a los implicados qué hacían por aquella zona a altas horas de la madrugada las tres patrullas, a lo que los agentes respondieron que estaban «jugando al escondite». No obstante, según indicaron las fuentes citadas, ninguno de los detenidos confirmó tal extremo, aunque sí que reconocieron que se cruzaron con la patrulla de guardamuelles y que intercambiaron unas palabras con ellos, pero no les dijeron una palabra de su actuación en Cala Cortina -todos declararon el miércoles que llevaron a Diego a la playa, pero que al llegar éste salió corriendo hacia el monte y le perdieron de vista-.

La Fiscalía también les preguntó si respondieron «aquí estamos» a la misma pregunta anterior de los portuarios, aunque volvieron a argumentar que sí que se cruzaron con ellos, pero que la conversación nada tuvo que ver con su actuación o con las preguntas de la fiscal.

Lo que sí que indicaron ante el Ministerio Público es que erraron al no comunicar a sus superiores que llevaron a la víctima a Cala Cortina. «Fue una tontería», reconocieron.