«Las generaciones venideras recordarán la gesta que estamos a punto de comenzar. Carthagineses, navegantes, mercenarios... ¡Os daré la inmortalidad!». Esas palabras de Aníbal cerraban la Contratación de Mercenarios, un acto que cada año gana mayor intensidad con un guión cada vez más cuidado, emocionante y lleno de personajes.

Con la vista puesta en el cielo, que amenazó lluvia durante todo el día, las tropas navegantes se embarcaron en el remolcador Boluda -el viento provocó que se cancelara el desembarco en barco de vela latina, como el pasado año- para llegar al puerto por mar. Una vez allí, comenzó el acto para unir a todos los pueblos de la Península y Baleares. El general carthaginés, durante el acto, fue poco a poco asentando su pensamiento para llegar a una sola conclusión: con Roma no habrá libertad.

Una vez cerrado el pacto contra la capital imperial, las tropas carthaginesas, encabezadas por el propio estratega púnico Aníbal, partieron en su marcha hacia Roma, recorriendo las principales calles de la ciudad.