Las aves autóctonas vuelven a sobrevolar el cielo de Cartagena. No es que hubieran dejado de hacerlo del todo, pero ahora su número ha aumentado gracias a que se está empezando a tomar medidas para que el crecimiento y desarrollo del municipio afecten un poco menos a nuestra fauna y flora.

Así lo ha explicado la Autoridad Portuaria en un comunicado, en el que reivindica su compromiso con la biodiversidad. «En la actividad que desarrollamos en el Puerto forma parte intrínseca de la misma el control sobre nuestras afecciones ambientales, como emisiones, residuos, vertidos, calidad de las aguas o ruidos».

Según el Puerto cartagenero los esfuerzos que se han ido haciendo durante los últimos años «nos están permitiendo ver una evolución muy positiva en la flora y la fauna de nuestro entorno».

Así, destaca la actuación que se ha llevado a cabo durante la ampliación de la dársena de Escombreras. «Se tomó la decisión de mantener la insularidad de la isla de Escombreras y, posteriormente, se han desarrollado trabajos de control de la población de gaviota patiamarilla. Al reducir su población, ha sido posible la aparición cada vez mayor de otras especies protegidas, ligadas a ecosistemas bien conservados, como son la gaviota Audouin, la gaviota reidora, el charrán patinegro, el charrán común, la pardela cenicienta, el cormorán grande y el cormorán moñudo. Además, se mantiene la pareja de halcón peregrino que anida en la isla».

El control de las actuaciones de la Autoridad Portuaria en Escombreras también ha permitido que sobreviva la especie endémica de la manzanilla, que sólo se encuentra en la isla de Escombreras.

Tal y como asegura la Autoridad Portuaria, otro factor que está contribuyendo a la presencia de estas aves en el puerto de Cartagena es «el buen estado ecológico de las aguas, que reciben mantenimiento diario por parte de una embarcación de limpieza y analizadas mensualmente mediante campañas de control».

Un ejemplo más reciente de este compromiso con la biodiversidad por parte del Puerto es la actuación que se ha llevado a cabo en la rehabilitación del faro de Islas Hormigas. «Hemos extremado las medidas para no depositar ningún tipo de residuos, poniendo el máximo esfuerzo en no afectar a la fauna presente en la zona, entre la que destaca una importante colonia de paíño europeo».