El fuerte viento y un voraz incendio se unieron en una peligrosa combinación que obligaron a los servicios de emergencias de la Comunidad a emplearse a fondo para frenar las llamas que avanzaban hacia las industrias del valle de Escombreras.

Más de 120 personas entre bomberos, brigadas forestales, miembros de Protección Civil y de las brigadas helitransportadas lograron parar el fuego a apenas dos kilómetros del complejo de empresas químicas, aunque pasaron cinco horas batallando contra la virulencia del incendio.

La Comunidad activó el nivel 2 de emergencias debido a a la proximidad del valle y a las malas condiciones meteorológicas y solicitó el apoyo de la Unidad Militar de Emergencias (UME), con base en Valencia, porque se temían que hubiera problemas para evitar que el fuego llegara a Escombreras, indicó el consejero de Presidencia, José Gabriel Ruiz.

De hecho, se puso en alerta a las empresas instaladas en el valle industrial para que estuvieran atentas a la evolución de incendio.

Las llamas se iniciaron pasadas las cuatro y media de la tarde en el Barranco del Feo y avanzaron con rapidez empujadas por el fuerte viento y alimentadas por una zona de matorral y monte bajo. El incendio se extendió enseguida hacia el núcleo de viviendas de El Abrevadero, que fueron desalojadas, y hacia la Sierra Gorda.

Dos helicópteros de la Comunidad y un tercero del ministerio de Agricultura con sede en Alicante y con capacidad para 4.500 litros por carga lograron estabilizar el incendio pasadas las nueve de la noche, justo antes de que se fuera la luz del día y de que tuvieran que retirarse los medios aéreos.

El consejero resaltó que los desalojos se llevaron a cabo por precaución para evitar que los vecinos sufrieran intoxicaciones por humo y aunque se trasladaron a la zona varias ambulancias, no hubo que atender a ninguna persona por esta razón.

Además, se habilitaron los medios en el local social de la cercana diputación de Alumbres en previsión de que algunos de los desalojados tuvieran que pasar la noche fuera de sus casas.

Pese a que se está pendiente de detenerminar con exactitud, se estima que la superficie afectada es de unas 130 hectáreas, equivalente a unos 250 campos de fútbol.

La Comunidad tenía aún por la noche activado el nivel 2 de emergencias y numerosos efectivos seguían luchando contra un incendio que se había dado por estabilizado, pero aún no estaba controlado por completo y ni el propio consejero descartaba que tuvieran que recurrir de nuevo a la ayuda de equipos especiales como la UME.