El oro y la plata han sido siempre objeto de deseo para los hombres, algo que vuelve a ponerse en evidencia con el tesoro del Odyssey. Y es que apenas un día después de que la Justicia de Estados Unidos obligara a devolver a España las más de quinientas mil monedas del mayor botín recuperado del fondo del mar, ya se ha iniciado la batalla interna en el país por hacerse con él, algo que se quería evitar desde el ministerio de Cultura.

Quizá por eso, es desde Andalucía, donde el Gobierno es de signo distinto al del Ejecutivo central –al menos por el momento–, es de donde más se puja por conseguir al menos un pellizco del tesoro que se ocultaba en la fragata Nuestra Señora de las Mercedes desde que se hundió frente a la costa de Portugal en 1804 y donde permaneció hasta que la empresa ´cazatesoros´ Odyssey lo reflotó en 2007.

El primero en reclamar una parte del tesoro fue el consejero de Cultura de Andalucía, Paulino Plata –curioso lo del apellido–. Pocas horas después de conocerse la decisión de la Justicia norteamericana, esgrimió la proximidad a Andalucía del lugar del que se recogieron las monedas para solicitar que algunas de ellas fueran a parar a museos de Cádiz y Sevilla.

Y, ayer, fue la concejala socialista del Ayuntamiento de Sevilla Mercedes de Pablos la que pidió un acuerdo para que durante la celebración del 20 aniversario de la Exposición Universal de 1992, el tesoro del Odyssey se exponga en el Museo de la Navegación de la ciudad hispalense.

También desde Andalucía, en concreto desde el Ayuntamiento de Montilla, en la provincia de Córdoba, se acordó por unanimidad en sesión plenaria solicitar al ministerio de Cultura la cesión de parte del tesoro recuperado por el Gobierno español y lo justifica en la vinculación del tesoro con el montillano Diego de Alvear y Ponce de León y su familia. «Este general de la Armada española perdió a su esposa, a siete de sus ocho hijos y toda su fortuna en el ataque de la flota inglesa a esa fragata», relató la concejala socialista de esta localidad Dolores Gil durante la presentación de una moción.

Pese a estas peticiones y a que el botín es tan abundante que puede estar muy repartido, la alcaldesa de Cartagena, Pilar Barreiro, tiene claro que por muchas monedas que se expongan en otros lugares, «la sede del tesoro del Odyssey debe estar en Cartagena, donde se encuentra el Museo Nacional –palabra que remarcó al pronunciarla– de Arqueología Submarina Arqua, en el que el Gobierno ha invertido mucho dinero para contar con unos laboratorios en el que examinar y analizar el patrimonio arqueológico submarino», resaltó la primera edil cartagenera, convencida de que esta batalla la tiene ganada.