Seis chicas vestidas de novia se pasearon ayer por la mañana por las calles del centro histórico atrayendo las curiosas miradas de quienes las veían pasar. No se trataba de una macroboda, sino de un desfile urbano organizado por la recién nacida tienda-taller ´El mundo en una caja de cerillas´, que Marina Scasso y Ana Gallardo han abierto en la calle Cuatro Santos. Para ello han echado mano de la buena mano de la diseñadora andaluza afincada Murcia Fátima Ángulo, autora de los trajes. «Esto es como lo de Mahona, si el cliente no viene a ti, acércate tú al cliente», apunta Fátima.

´El mundo en una caja de cerillas´ no es una tienda de novias, o sí. En realidad, es un taller donde se vende casi todo o una tienda donde se aprende de todo. «Cinturones, vestidos, decoración, bisutería que se pueden comprar y aprender a hacer en talleres de costura, de punto de ganchillo o de otras muchas materias como mosaicos o pintura. Eso es nuestro pequeño local, que pese a sus escasas dimensiones, cabe de todo», explica Marina.

El desfile de novias de ayer no es más que una iniciativa para promocionarse, pero también una forma contribuir a darle vida al centro con la colaboración de otros comerciantes, como la librería Escarabajal o la floristería Oasis, que apoyaron la actividad. Es una forma sencilla y llamativa de darse a conocer a la gente de la calle, de ahí, que las chicas que lucían ayer los brillantes trajes blancos fueran de distintas razas y procedencias. «Todo el mundo cabe en esta tienda-taller», resalta Marina, quien anuncia que seguirán haciendo actividades de este tipo en la calle y anima a sus colegas comerciantes a contribuir a su modo a animar el casco histórico.