No se fue muy lejos a vivir, tan sólo a cincuenta kilómetros, distancia a todas luces insuficiente para hacerle olvidar sus raíces, su tierra y sus tradiciones. El pintor y columnista de LA OPINIÓN Enrique Nieto se ha hecho merecedor, precisamente por apoyar siempre y en todo momento a las fiestas de Carthagineses y Romanos, de la Doble Corona Murada que concede el Senado y que se le entregó en una cena a la que asistieron, entre otros, el consejero de Cultura y Turismo, Pedro Alberto Cruz; el concejal popular Mariano Sánchez y el rector de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), Félix Faura.

Nieto, que también es miembro del Consejo Social de la UPCT, agradeció emocionado el galardón que le entregó el órgano que aglutina a las legiones romanas de las fiestas de Cartagena. «Me siento orgulloso y colmado de alegría al recibirlo por dos razones fundamentales; en primer lugar porque viene de ustedes, los hombres y mujeres que con su entusiasmo y entrega han conseguido levantar la fiesta, que se ha convertido ya en una importante seña de identidad de esta ciudad. Y la segunda, porque este reconocimiento se me da en Cartagena, donde nací y he

vivido la mayor parte de mi vida, donde están mis raíces y los grandes referentes que han conformado mi trayectoria personal».

Enrique Nieto también expresó su vinculación con las fiestas de Carthagineses y Romanos a través de su familia. Su hijo Guillermo y sus nietos pertenecen a la legión Triunviros de Carthagonova, sus hermanas y sobrinos a Marte y Minerva, «como mi querido cuñado Miguel Fernández Albaladejo, fallecido recientemente y al que recordaremos esta noche con todo cariño, porque él hubiera disfrutado de este momento como yo mismo», aseguró el galardonado.

También alabó los valores de amistad, tolerancia y unión que se respiran en las distintas tropas y legiones durante las fiestas, «que son capaces de reunir en un mismo grupo a personas de formación, ideas y estatus bien distintos. Ustedes se ponen sus bellos trajes e inmediatamente todo el mundo es igual, un compañero o compañera con el que pasar un buen rato, con el que compartir la ilusión de su grupo», dijo.

«Y como viejo cartagenero, permitan que les diga que ustedes, los carthagineses y los romanos, eran necesarios. Parecía que la única fiesta de nuestro pueblo era su preciosa Semana Santa, pero esas celebraciones están envueltas en las naturales penitencias religiosas y era menester que nuestra ciudad pudiera dedicarle unos días a Baco, Eros y a otros dioses más divertidos», añadió Enrique Nieto, que renovó su compromiso no sólo con las fiestas, sino con su ciudad natal, con la que ha colaborado siempre que se le ha pedido «y así seguirá siendo».