La finca Tomás Ferro ofrece cada año unos cuarenta pequeños espacios para que los jubilados puedan gestionar sus propios huertos. «Esta iniciativa ha tenido un gran éxito. Los jubilados vienen aquí, trabajan sus propios huertos y después se llevan los productos que han estado cultivando durante varios meses», explica Bernardo Martín, director de Tomás Ferro.

De hecho, hay listas de espera ya que la demanda supera a la oferta con creces. «Lo que hacemos es que cada curso se adjudican de nuevo los cuarenta espacios para que todo el mundo tenga opción de vivir esta experiencia», precisa Martín. La experiencia permite a los jubilados llevar a cabo una tarea al aire libre, mientras cuidan sus propios cultivos, que después pueden consumir.

Además, los alumnos de la Universidad de Mayores suelen visitar las instalaciones de esta estación experimental para llevar a cabo prácticas formativas

Por otra parte, la finca Tomás Ferro forma parte de las denominadas ´Rutas Científicas´, en las que alumnos de Bachillerato de otras comunidades Autónomas visitan nuestras instalaciones y realizan prácticas de agronomía.