Hacerse cargo de la construcción de una refinería que va a costar 3.200 millones de euros y en la que han llegado a trabajar más de seis mil personas a la vez imprime carácter. Quizá sea esa una de las razones por las que Repsol-YPF ha decidido darle a Francisco Vázquez mayores responsabilidades como director de Operaciones de la compañía, lo que no le alejará de Cartagena del todo. Han sido años difíciles a causa de la crisis, pero el proyecto ha salido adelante y ya se encuentra al 80%. Se trata de la mayor inversión industrial en la historia de España.

¿No le da pena dejar el proyecto después de verlo nacer?

Esta es una experiencia muy bonita, un proyecto único en el mundo en el que trabajo con mucha ilusión dentro de un equipo con muchas ganas y mucho talento, pero no voy a dejarlo. La importancia de este proyecto, estratégico para la compañía, implica a muchas áreas y personas de la organización y tengo la suerte de pasar a una posición que exige seguir pendiente de este gran proyecto de Repsol.

Pese a que la situación económica no ha sido buena en los últimos años, Repsol ha mantenido su apuesta, ¿ha afectado esto de alguna manera al proyecto?

Repsol ha apostado por la refinería de Cartagena asegurando así su permanencia. Esta apuesta también lo es por la ciudad, a la que la compañía se siente íntimamente ligada y con la que ya mantiene un compromiso de 60 años.

Efectivamente, el proyecto de ampliación se está desarrollando en unos años de profunda crisis económica, crisis que nos obligó a parar la producción de la refinería en 2010, una decisión muy dura que se ejecutó sin ser un trauma para empleados y contratistas. Sinceramente, en este sentido no conozco ningún precedente. Justamente en 2010, como el resto de grandes compañías, Repsol revisó su plan estratégico. Entonces, nuestro presidente, Antonio Brufau, anunció que el proyecto de Cartagena seguiría adelante con los plazos y desembolsos previstos. Anunciar esta continuidad estando parada la producción de la refinería tiene un valor excepcional, valor que no sé si hemos sabido trasmitir, o si ha sabido apreciar la Comarca de Cartagena.

Usted ha comentado en alguna ocasión que tras la puesta en marcha, la refinería se convierte en una oportunidad para las pymes de la comarca

Así lo creo. Nuestra actividad, una vez puesta en marcha la nueva refinería, va a traer consigo, además del empleo directo que generamos, muchos empleos indirectos. Todas estas personas van a necesitar servicios. Pero además, es el momento de acercarse y ocupar los huecos que van a crear las necesidades de nuestra actividad. Y me refiero, no sólo a empresas de servicios auxiliares a nuestra actividad, sino auxiliares a aquellas empresas que venga a la zona atraídas por nuestra actividad. Hay empresas que nos han contactado recientemente para establecerse en el valle de Escombreras.

Hay quien ha criticado que no toda la mano de obra que se utiliza para la construcción procedía de Cartagena.

Desde el principio Repsol se ha planteado que el proyecto tuviera el máximo impacto en la comarca en contratación y empleo. Este objetivo creo que lo hemos conseguido. Dicho esto, deberíamos entender dos cosas: primero, que ninguna ciudad ni polo industrial de España tiene capacidad por si sola de llevar adelante un proyecto como éste. Y segundo, que hemos hecho importantes esfuerzos en contratar a empresas locales, de tamaños tan pequeños que nos han obligado a adaptar nuestras estructuras de contratación. Entiendo que en una situación de crisis como la que vivimos hay mucha gente que no tiene trabajo, y que ha visto frustradas sus expectativas de conseguir empleo en esta obra, al igual que hay empresas que no han conseguido contrato, pero creo que hemos cumplido nuestro objetivo de lograr el máximo impacto posible en la Comarca.

Entre los 'problemillas' surgidos durante la construcción se encuentra el de los accesos a la refinería. ¿Queda esto solucionado con el plan de evacuación?

Aprovecho esta pregunta para agradecer los esfuerzos y la eficacia de las instituciones implicadas en el ordenamiento de la circulación: Guardia Civil, Carreteras, Tráfico (...) y la situación ha mejorado notablemente. Hemos tomado medidas de desdoblamiento de vías, desviación del tráfico, escalonamiento de entradas y salidas, pero no podemos obligar a nadie a compartir vehículo. Y la cosa es clara, si en vez de 4.000 vehículos, entraran al aparcamiento de la obra 2.000, saldrían en la mitad de tiempo.

¿Están contentos los vecinos de Alumbres con el proyecto?

Son ellos los que deben contestar. Lo que sí puedo afirmar es que cuentan con toda la información de la situación del proyecto y de los avances que se han realizado. Somos vecinos, obligados a entendernos y creo que nos estamos esforzando en hacerlo. Nuestra comunicación con ellos es permanente y directa y creo que esa comunicación es la base para que convivamos tan bien como lo estamos haciendo. Sabemos que ellos son los que más sufren las incomodidades de una obra como esta, por ejemplo el tema del tráfico que usted comentaba, pero saben que centramos nuestros esfuerzos en reducir en la medida de lo posible estas incomodidades. Y sin duda, en muchos sentidos, esta obra ha sido positiva para ellos y ha dado mucha actividad a la población.

¿Cuál es el mejor recuerdo que se lleva de Cartagena?

Las personas. No sólo el magnífico equipo humano que hay en este complejo industrial, sino que la ciudad nos ha acogido a mí y a mi familia maravillosamente. Entiendo porqué muchos de los directores que me han precedido sigan vinculados a la ciudad. Han sido años de mucho trabajo y mucha ilusión, por lo que mi familia y yo nos vamos con un excelente recuerdo de Cartagena, y con más amigos que cuando llegamos.