urante una jornada solidaria para recaudar fondos para el Banco de Alimentos de la Región de Murcia (BARM), conocí a Alfonso Torres Carretero, su presidente. Esta organización, que trabaja para paliar el hambre en nuestra comunidad, recibe distintos tipos de apoyo por parte de las Administraciones, pero aún así, en estos momentos tiene una necesidad imperiosa de apoyo para el sostenimiento de la nave industrial de Cabezo Beaza, que les cuesta 18.000 euros al año, donde almacenan y distribuyen más de mil toneladas de alimentos. Para que se hagan una idea, les detallo el funcionamiento de esta maquinaria, perfectamente engrasada.

La función del BARM es clara: recuperar los excedentes alimentarios antes de que se estropeen y hacerlos llegar a las personas necesitadas. El funcionamiento es, en la práctica, sencillo y transparente: los alimentos llegan al almacén siempre mediante donaciones, de forma gratuita, a través de colectas, etc… Se trata, en la mayoría de los casos de productos consumibles pero no comercializables por muy diversos motivos de orden comercial, logístico...

Pero no se trata solo de recolectar. Una vez almacenados los alimentos es necesario llevar a cabo el proceso de distribución de los mismos de forma racional, para lo cual se hace imprescindible la existencia de una organización adecuada para tal fin. En este caso, se pueden distinguir a simple vista tres líneas fundamentales de trabajo. La primera es la captación y transporte hasta los almacenes; la segunda se refiere a la organización de los almacenes de forma que se consiga un perfecto orden en el almacenaje de los productos, clasificando los alimentos por fecha de consumo preferente y tratando de hacer una mejor distribución en el tiempo de los mismos. Y, por último, existe una tercera línea que corresponde al grupo de entidades benéficas, sin las cuales esta labor no tendría ningún sentido, ya que son ellos precisamente los que conocen los problemas de cada una de las familias necesitadas y son los que se encargan personalmente de la entrega de los alimentos.

Actualmente, en nuestra Región de Murcia existen más de 240 entidades benéficas, entre asilos de ancianos, hogares de la infancia, centros de acogida, comedores sociales, ayuntamientos, locales de Cruz Roja, Cáritas parroquiales y otros grupos de voluntariado que conforman la gran familia de colaboradores del Banco de Alimentos. A estas entidades es a las que les corresponde retirar los alimentos de los almacenes y distribuirlos a los necesitados que son los usuarios finales. Hay dos grandes grupos: entidades que entregan directamente a las familias llevándoselos directamente a sus casas, y las entidades que tienen cocinas y comedores. En el pasado, se han alcanzado viejos objetivos de la Asociación, como era el poder llegar a todos los puntos geográficos de nuestra Comunidad, suministrando alimentos a más de 38.000 beneficiarios.

Por último, y como colofón a todo lo comentado anteriormente, señalar que esta ingente labor está siendo realizada por un equipo de 25 voluntarios que, en tan solo 10 años, han visto incrementados sus resultados de forma geométrica. Desde los 25.000 kilos que empezaron repartiendo tras su fundación en el año 1999 hasta el 1.400.000 kilos. que llegaron a repartir en el año 2009; alimentos por un valor de 2,8 millones de euros que han ido a parar, aparte de a los beneficiarios habituales y personas en comedores sociales, a entidades benéficas de nueva incorporación, como son Religiosos Justinianos, Remar, Casmu, La Casica, Rocamur, Fundamifp, Clarisas, F. Adra, H. Lumen… y un largo etcétera hasta las más de 200 entidades que en la actualidad están recibiendo ayudas de esta institución.

Pero no solo se han incorporado nuevos beneficiarios, sino que, por suerte, también has sido muchas las entidades colaboradoras que se han brindado a prestar su ayuda a esta causa. Así, a las empresas que colaboraron desde los inicios como, Hero España, J. García Carrión, Grupo Halcón Foods, Laboratorios Almond, El Pozo, Harimsa y el Grupo Daitosta, entre otras, hay que destacar la incorporación de empresas como el Grupo Pascual, que lleva donadas más de 200 toneladas entre yogures, zumos, leche, cereales y mantequilla. Qué grande es la labor desarrollada por el BARM. Todo gracias al gran equipo humano que trabaja en él, que confía plenamente en que todo el esfuerzo que realizan se vea, de alguna manera, recompensado con la obtención de los recursos necesarios para afrontar el pago del alquiler de la nave que tanto necesitan. Todo ello con el único fin de poder seguir realizando esta labor que tan necesaria está resultando en estos momentos de recesión.

Una manera de colaborar es asistiendo a la corrida de toros homenaje a Ortega Cano, a beneficio de Caritas y del BARM, con la participación Fran Rivera, Jesulín de Ubrique, Ruiz Miguel y el Cartagenero, que se celebrará el 22 junto al Carthagonova. Tal y cómo dijo Sófocles: «la obra humana más bella es la de ser útil al prójimo».