Con pasamontañas para proteger su identidad y con linternas en la mano, los ladrones que han desvalijado la caja fuerte de Maderas Asuar y que han intentado robar, sin éxito, en Tubacero, ambas situadas en la carretera que une Cartagena y La Unión, están provistos de un arsenal de herramientas con las que arrasan todo lo que les impide llegar al botín.

En el caso de Maderas Asuar, los cacos utilizaron un martillo percutor para agujerear la pared trasera de la fábrica. Un utensilio similar usaron para acceder al interior de Tubacero. En ambos golpes, echaron mano de varios discos radiales para romper rejas, puertas y tabiques.

En Tubacero estos especialistas del robo utilizaron un inhibidor de frecuencias para inutilizar las señales de radio y cortaron las líneas de teléfono para dejar fuera de juego la alarma. Llama la atención la limpieza de movimientos de los cacos en este último caso, ya que no se llevaron ni rompieron nada que no les fuera necesario.

La única cámara de vigilancia –de las quince que tiene la empresa– que no localizaron y que registró los movimientos de los ladrones, muestra cómo intentaron romper la puerta acorazada con un disco radial y finalmente entraron por la ventana rompiendo la reja.

José Padilla, gerente de Tubacero, está convencido de que «son los mismos que operaban hace un año en Orihuela y en Alicante. Les detuvieron en febrero y desde entonces no habían vuelto a actuar».

En ambos casos, según las declaraciones de los propietarios, los ladrones sabían donde estaba el dinero y emplearon varias horas en el trabajo.