Los vendedores ambulantes de los mercadillos de Cabo de Palos y El Bohío, en el barrio de Los Dolores, están en pie de guerra contra los manteros y reclaman a la Policía Local de Cartagena más mano dura para luchar contra la venta ilegal que practica este colectivo.

«La Policía Local está sancionando a vendedores que no se salen del recinto de su puesto y en cambio no actúa contra los manteros. El domingo no se podía dar un paso en el mercadillo de Cabo de Palos por la cantidad de mercancía que había expuesta sobre mantas en el suelo», señaló Juan Martínez, portavoz de la asociación de Vendedores, Plazas y Mercados de Cartagena.

Esta situación no sólo afecta a los comerciantes –que sí tienen licencia municipal para vender en la calle– por la competencia desleal que tienen que soportar, sino que además también provoca las quejas del público «que tiene que andar por la calle sorteando a los manteros. Hace quince días conté hasta 87 vendedores ilegales, la mayoría son inmigrantes», subrayó.

Asimismo, Martínez hizo hincapié en que este problema se agudiza por la escasa vigilancia policial. «Durante todo el año tenemos una patrulla de Mercados vigilando la zona, pero ahora no está yendo. En su lugar mandan a una pareja de agentes que se da una vuelta por la zona y punto. Cuando los manteros ven a la policía recogen la manta y aguardan a que se vayan para volver a exponer su mercancía».

Martínez también expresó el malestar de los vendedores por la gran cantidad de coches estacionados que suele haber en el recinto del mercadillo, a primera hora de la mañana. «Cuando retiran los coches ya son las diez de la mañana y a las once apenas hay público porque la gente viene temprano para evitar el calor. Debería de haber una grúa», dijo el portavoz del colectivo.