Más que orgullosos y con la alegría de quien ha salido del armario –en el mejor sentido de la palabra– y alardea sin pudor de su tendencia sexual, la asociación Galactyco de Cartagena enarbolando una larga bandera multicolor reunió ayer a más de un centenar de personas en el primer desfile regional del orgullo gay. Pero lo mejor fue la fiesta que contagiaron entre el público que presenciaba el desfile bailando al son de la música que acompañaba las carrozas.

La pancarta reivindicativa de este colectivo formado en su mayoría por gays y lesbianas, aunque está abierto a transexuales y bisexuales, no podía ser más clara: «Enorgullect. Cartagena Entiende». Los galactycos se pasearon por las calles peatonales ante la atónita mirada de numerosos cartageneros y visitantes, ya que muchos no esperaban encontrarse un desfile del orgullo gay tan lejos del de Madrid, cita obligada de este colectivo.

Sin duda, lo más llamativo del desfile fueron las tres carrozas que integraban la comitiva. La primera de ellas iba precedida por un coche conducido por el edil sin grupo, Juan Luis Martínez, ataviado con la camiseta multicolor, quien quiso acompañar a las Juventudes Socialistas. Los jóvenes del PSOE echaron a la calle lo más parecido a una mezquita hecha con flores de papel de color blanco y muchas banderas con emblema de su partido.

La segunda era una gran plataforma adornada con grandes lazos de color rojo, en la que alrededor de una veintena de personas bailaban al son de la música con temas de artistas como Alaska, Mónica Naranjo y Madonna. Algunos de sus integrantes –todos ellos amigos, simpatizantes y miembros del colectivo Galactyco– iban disfrazados y otros llevaban el torso al aire.

«Vaya curvas que tiene la rubia. Éstas sí son curvas y no las de la carretera de Mazarrón», señaló uno de los integrantes del desfile –altavoz en mano– en alusión a un componente del desfile que iba disfrazado de ´mujer fatal´.

La tercera y última carroza de la manifestación del orgullo gay era un gran barco pirata, repleto de gente disfrazada y bailando. Torsos desnudos, tacones de escándalo fueron las notas predominantes de este barco, desde el que lanzaban invitaciones para una fiesta.

A lo largo del recorrido, los integrantes del desfile estuvieron repartiendo preservativos, más de un millar, a todo aquel que se encontraban a su paso. Una joven también obsequiaba al respetable con silbatos de colores.

El entusiasmo del público y sus ganas de fiesta engrandecieron a los manifestantes. Y es que el colectivo Galactyco tenía muchas ganas de echarse a la calle y hacer una fiesta pública, ya que el año pasado fue una celebración más privada –pero no menos multitudinaria– en un bar del muelle. «Podían ser sus hijos señoras o sus maridos», decía uno de los conductores de un coche que acompañaba la manifestación del orgullo gay, con grandes altavoces y una música a un volumen ensordecedor.

El desfile fue el trono gordo de la fiesta del orgullo gay de Cartagena, aunque la jornada no acabó ahí, ya que al llegar a la plaza del Ayuntamiento, los galactycos acompañados de numeroso público se dirigieron hasta el Puerto, en donde les esperaba su pregonero, el cartagenero José Juan Aniorte, quien pronunció un pregón lleno de humor. La fiesta continuó con concierto y sesión Dj´s en el Puerto.