Son las 4.30 de la madrugada. Hemos dormido en el corazón de la tragedia. Una amiga de Cesar nos ha dado cobijo en la planta baja de su casa. Una pequeña habitación reparada de grietas con cemento y altas dosis de buena fe. En apenas diez metros cuadrados hemos dormido seis personas en medio del calor infernal y con toda la artillería dispuesta contra los mosquitos. La noche ha sido indescriptible. No existe el silencio en la noche de Puerto Príncipe; conversaciones de gente, cantos de gallos y gallinas, cabras, grillos, radios funcionando sin descanso... Quizás si todo permaneciera en silencio los tintes trágicos en este surrealista escenario serían más dramáticos. El sonido acompaña. Puede que siempre haya sido así, pero en el fondo creo que es el miedo al silencio de este pueblo caribeño que acaba de sufrir en carnes una dura experiencia más próxima al infierno que al paraíso".

Esta reflexión pertenece al arquitecto José Manuel Chacón y la escribió durante su primera noche de estancia en Haití hace unas semanas. Chacón viajó al país Caribeño junto a otros dos arquitectos de la Región, Juan Roldán y Patricia Escámez, y varios miembros de Bomberos en Acción con una misión: conseguir terrenos para hacer refugios seguros y económicos para cientos de personas que viven en la calle desde que el terremoto asoló Haití.

Chacón habla de un país de contrastes. Belleza natural enfrentada al mayor de los desastres provocados por esa misma naturaleza. Una población valiente que sobrevive a la crisis con entereza, frente a esa misma población que se mata en sus calles. Suciedad por la basura acumulada que sólo se recoge cada mucho tiempo, frente a la limpieza de los escolares que acuden a clase con una vestimenta impoluta a pesar de todos los desastres que les rodean y de que muchos de ellos no tienen casas en las que vivir.

Ese mismo contraste que impera en el país se reflejará en las viviendas que diseñan los arquitectos de la Región, que serán casas que devolverán la ilusión a muchos haitianos y que estarán creadas con los materiales del desastre, ya que los muros de carga se levantarán con sacos rellenos de escombros triturados, algo que hay de sobra por las calles de Haití.

"Vayas por donde vayas hay escombros. La gente camina entre ellos como algo natural. Se han convertido en parte del paisaje urbano, nadie se molesta en recogerlos", destaca Chacón.

Ahora serán las viviendas que él diseña, junto con Roldán y Escámez, las que servirán para recoger esos escombros que les permitirán abaratar los costes y aumentar la seguridad de las casas. "Los muros de carga que haremos con esos sacos rellenos de escombro triturado serán seismorresistentes, aguantarán huracanes y además, estarán elevados para no ser arrastrados por las inundaciones. Las viviendas nos costarán la mitad de lo que valen las que están haciendo otras asociaciones allí", destaca César Claros, de Bomberos en Acción, que es la organización no gubernamental que organiza y coordina esta acción en colaboración con Naciones Unidas.

El proyecto para construir viviendas en Haití, concretamente en Petit Goave y en Grand Goave, está en plena ebullición, pero se necesita algo más que el ingenio de los arquitectos involucrados y la buena voluntad de Bomberos en Acción. "Nos hace falta financiación. Hay ayuntamientos como los de Abarán y Lorquí que nos han dado dinero. Alcantarilla organizó un concierto de Álex Ubago y lo que se recaudó nos lo cedió. La consejería de Obras Públicas también colabora, como la empresa Holcim, que nos ha regalado cemento. Pero necesitamos mucho más", destaca César Claros. Los interesados en colaborar pueden hacer sus aportaciones en la cuenta de Cajamurcia 2043 0140 02 900000 7711. Cualquier colaboración es bien recibida.

"Hay muchísima gente trabajando allí. Nos encontramos con guardias civiles de España que están colaborando en la captura de los más de dos mil presos que se escaparon de las cárceles. También había médicos españoles colaborando, que nos pidieron que revisáramos la estructura de la casa en la que se encontraban porque temían que se cayera en cualquier momento", señala José Manuel Chacón.

La solidaridad se ha convertido en algo necesario para uno de los países más pobres del mundo, por no decir el que más, pero es necesario que sea continua, no sólo eventual. "Puerto Príncipe habría que tirarlo entero. Pero también hay cosas positivas, como los niños, que a pesar de todo siguen asistiendo a clase cada día", señala esperanzado Chacón.