Las inmobiliarias que han logrado resistir la crisis económica y se han mantenido abiertas están viendo el final del túnel, ya que durante el último mes ha aumentado el número de clientes interesados en adquirir una vivienda de segunda mano. Los nuevos compradores son jóvenes que buscan su primera casa y que tratan de aprovechar la reducción de los precios experimentada durante el último año.

"Estamos notando más movimiento, más demanda de clientes que vienen buscan pisos que se adecúen a sus necesidades. La mayoría son jóvenes que realmente necesitan comprar. Han decidido dejar de esperar a que los precios sigan bajando", destacó Maribel García, coordinadora de la oficina de la inmobiliaria Inversa Gestión Asesoramiento.

Los nuevos compradores buscan pisos de unos 90 metros cuadrados cuyo precio no supere los 200.000 euros. "El único problema es que sigue habiendo propietarios que creen que pueden pedir lo que deseen y eso ya no es así. Hay otros muchos que sí han bajado los precios y que están dispuestos a reducirlos algo más si logran vender su casa", precisó Susana Mira, de Corporación Inmobiliaria.

La reducción del precio de los pisos ha oscilado entre los 30.000 y los 50.000 euros. Inmuebles que hace algo más de un año cuestan 280.000 euros, ahora se venden por 220.000. "Hay gente que realmente no necesita el dinero y que prefiere no vender antes que bajar el precio. Pero esos son una minoría", señaló a esta redacción Maribel García.

La zona más demandada continúa siendo el cuadrante comprendido entre el paseo Alfonso XIII, la Alameda y las calles Jorge Juan y Ángel Bruna. La principal dificultad con la que se encuentran muchos jóvenes es el conseguir financiación ya que muchos bancos han endurecido las condiciones para otorgar los préstamos hipotecarios.

"Las ventas no han subido tanto como la demanda. Hay más clientes buscando, pero siguen teniendo problemas para encontrar la casa que se adecúe a sus necesidades, sobre todo económicas", indicó Susana Mira.

El dueño de una de las múltiples viviendas que hay actualmente a la venta en Cartagena explicó que desde hace siete meses hasta hace apenas dos semanas no había recibido ni una sola visita de posibles compradores. "Sin embargo, desde hace quince días han venido ocho clientes", aseguró.