El nuevo submarino S-80 aún le quedan no menos de tres años para surcar los mares y ya tratan de hundirlo. La empresa de construcción naval francesa DCN ha presentado una denuncia contra Navantia en el Tribunal Internacional de Arbitraje de París por plagio, confirmó un portavoz de la empresa española.

Los galos acusan a sus competidores en la península de copiar en el nuevo sumergible que construye para la Armada española en los astilleros de Cartagena elementos del Scorpene, el submarino surgido del consorcio de ambas compañías y del que ya se han fabricado dos unidades para Chile y dos para Malasia. Además, se están fabricando otras seis unidades para India y existe el compromiso para hacer otras cinco para Brasil.

La DCN también reclama al tribunal que permita la ruptura de dicho consorcio, a pesar de los buenos frutos que se han obtenido en el mercado internacional.

El portavoz de Navantia señaló que la denuncia carece de sentido, porque el cincuenta por ciento del diseño del Scorpene es español y tampoco cree que sea sencilla la disolución del consorcio sobre el Scorpene, algo que no se desea en los astilleros españoles.

La reacción de la compañía francesa se produce debido a su nula participación en el programa de construcción del S-80, el primer submarino de diseño exclusivamente español. Los galos esperaban que esta nave se equipara con sus sistema de combate, sin embargo, la Armada española se decantó por la firma norteamericana Lockheed Martin. Ante esta situación, Navantia siempre ha defendido que es el cliente el que manda.

Tampoco ha sido del agrado de los franceses que Navantia concurra a los concursos internacionales de construcción de submarinos con este nuevo modelo y con el consorcio hispano-francés que fabrica el Scorpene. El primer caso en el que se ha dado esta circunstancia ha sido en Turquía y, finalmente, el enfrentamiento entre ambas compañías hizo que sacara provecho la industria naval alemana, que se adjudicó el contrato para construir seis sumergibles.

La DCN incluso ha intentado que se dejara a Navantia fuera de un futuro consorcio de la industria naval europea, similar al que ya existe en la industria aeronáutica.

La tensión por la que atraviesan ambas compañías se ha dejado notar incluso en los actos oficiales. La DCN ninguneo al presidente de Navantia durante la entrega del primero de los dos submarinos que el consorcio ha hecho para Malasia, aunque la empresa española tuvo la cortesía de no responder del mismo modo durante la botadura del segundo sumergible, que se celebró en Cartagena.

Cabe recordar que el consorcio establece que la proa del submarino Scorpene se construye en Cheburgo y la popa en Cartagena. Tanto en el caso de las naves entregadas a Chile y Malasia, los galos han ensamblado ambas partes en su país, mientras que los españoles han hecho lo propio con la segunda unidad. A India se le ha transferido la ingeniería y la tecnología, pero las naves se construyen en el país asiático.