Los vecinos del histórico pueblo de Santa Ana están perplejos con la noticia de que un padre maltrató a su hijo, de sólo tres años de edad, porque el pequeño no quería cenar y que después amenazó de muerte a su esposa. El presunto autor de esa acción fue detenido por la Policía Local en la noche del miércoles y fue trasladado al cuartel de la Guardia Civil, que ayer lo puso a disposición del juzgado de Violencia Doméstica como presunto autor de un delito de malos tratos en el ámbito familiar.

El acusado, cuyas iniciales son G. T. R., cuenta con 37 años de edad y carece de antecedentes penales, si su esposa finalmente se suma a la acusación, lo que rechazó en un primer momento al alegar que estaba aturdida y confusa.

El incidente tuvo su origen en una escena de lo más habitual en cualquier hogar, que en esta ocasión se sitúa en una urbanización de reciente construcción de la calle Rodrigo de la diputación de Santa Ana. El hombre, su esposa y el hijo de ambos se sentaron a cenar, alrededor de las diez y media de la noche, pero el pequeño se negó a continuar cenando. Entonces, según los informes policiales, el padre reaccionó de forma violenta agrediendo físicamente a su hijo, a quien dejó sin ropa y le sentó en la silla, obligándole a ingerir alimentos pese a que estaba vomitando.

Auxilio de familia y vecinos

La madre, quien cuenta con treinta y ocho años de edad, intentó convencer a su esposo para que no siguiese con esa violenta actitud, pero éste entonces dirige hacia ella su enfado con gritos, insultos y amenazas.

La esposa, muy asustada, decidió avisar por teléfono a su hermano, quien reside en el mismo pueblo, y después salió a la calle para pedir auxilio a los vecinos de la calle. Unos acudieron en su ayuda mientras que otros fueron los que avisaron por teléfono al Centro de Seguridad donde está ubicada la Policía Local.

Entre el hermano y algunos vecinos consiguieron apaciguar los ánimos del padre. Los agentes del 092, al llegar alrededor de las once y media de la noche, encontraron al pequeño desnudo en compañía de una cuñada, lo que daba veracidad al relato de lo ocurrido que les explicó la madre, por lo que procedieron al arresto del padre y a su traslado al cuartel de la Benemérita, en cuyos calabozos pasó la noche, pasando a disposición judicial ayer por la mañana.

La noticia recorrió el pueblo de Santa Ana, pero los sorprendidos residentes se mostraron reacios a efectuar comentarios al respecto, porque son "asuntos turbios que se desatan dentro de una familia de aparencia normal". Sí coincidían en criticar todo lo que concierne a cualquier tipo de violencia en el ámbito familiar.