Cartagena quedó ayer completamente anegada debido a una tromba de agua y granizo que descargó sobre la ciudad en apenas una hora y cuarto para poco después quedar el cielo completamente despejado.

En esos 75 minutos cayeron 27,05 litros por metro cuadrado, informaron desde el Centro Meteorológico de Guadalupe, cantidad que no pudo ser asumida por la red de alcantarillado, originándose importantes embalses en numerosas calles del centro, especialmente en la zona del Ensanche y en el casco urbano, incluida la zona del puerto con el paseo Alfonso XII.

Los bomberos recibieron numerosas llamadas de auxilio de personas a las que el agua le entraba en sus viviendas. También hubo problemas en edificios públicos como el Archivo Municipal y el auditorio del Parque de Torres. Los efectivos del parque también intervinieron apartando coches averiados que dificultaban el tráfico y controlando el nivel de agua en las ramblas. Otra consecuencia de las precipitaciones y de la falta de respuesta del alcantarilla fueron las basuras y barro que arrastraron las corrientes hasta acumularlas en diferentes zonas.

La sorpresa agradable estuvo en la Media Sala. "Por fin ya no hay una balsa cuando llueve y hemos podido pasar sin apuros con el coche", señaló un conductor.

"He visto olas en Los Juncos"

"Tengo el comercio abierto desde el año 1978 y nunca había visto una altura de medio metro de agua en la calle Juan Fernández, a lo máximo, unos veinte centímetros". Así se expresaba un comerciante mientras contemplaba, alarmado, cómo once turismos se habían quedado averiados a consecuencia del agua.

Cerca de allí, en Ramón y Cajal, "las tapas de las alcantarillas han saltado", dijo un vecino. Esa misma situación se daba Los Mateos. "El agua sale de las alcantarillas en lugar de entrar", indicó un residente. Un vecino de Alfonso X expresaba que había visto "olas junto a Los Juncos" y otro que había "montañas de hielo junto a la Casa del Mar". Para muchos peatones fue una odisea cruzar algunas calles. "Nunca he visto las calles Santa Florentina y Serreta con tanta agua", indicaba una mujer con los pantalones empapados. La mayoría de esta personas atribuía a las numerosas obras el mal funcionamiento del alcantarillado.

Los vecinos de Nueva Cartagena volvieron a temer que se desbordase la rambla. "El agua se ha embalsado porque es muy pequeño el desagüe, pero no se ha desbordado, aunque las filtraciones han vuelto a los garajes subterráneos", dijo Ana Ibáñez.