El Rosell vive este verano un momento histórico, al menos hasta ahora, ya que desde principios de julio y hasta el viernes el hospital ha registrado una media diaria de entre 25 y 30 camas libres. "No hay enfermos en los pasillos y tenemos menos afluencia de pacientes que en invierno", afirmó el gerente, Cástor Pedro Escribano. En su opinión, "la bonanza del verano", es la principal causa de esta situación de normalidad del todo inusual en el centro, sobre todo en verano. "El fin de semana del 9 al 11 de julio, se atendieron en Urgencias a 658 personas, cantidad inferior a las cifras de 2003 y también a las de un fin de semana de invierno", dijo.

Pendientes de la climatología

En 2003, la ola de calor que azotó la Región pilló por sorpresa al centro, que tuvo que reabrir una de las plantas de hospitalización y varios quirófanos que suelen permanecer inactivos en verano. El viernes, Escribano afirmó que, pese al anuncio de subida de las temperaturas, no se había recibido ningún aviso de alerta por parte de la dirección general de Salud Pública. "Estamos pendientes de los partes. Los protocolos de actuación se dirigen a los niños, a los enfermos crónicos y a los mayores, que son los grupos de mayor riesgo", recordó.