El confinamiento nos ha dejado situaciones inusuales. Muchas de ellas las han protagonizado los corredores populares, entre los que el espíritu de superación y sacrificio no se ha visto mermado. En un gran ejercicio de agudizar el ingenio, trescientos sesenta runners de todo el mundo, con un veinte por ciento de mujeres, se sumaron a una iniciativa descomunal como fue correr 100 o 50 kilómetros en casa. Deportistas de todo el país y de Argentina, Brasil, Emiratos Árabes, Francia, Bélgica, Estados Unidos y Ecuador, entre otros puntos, participaron en la Carrera 50-100 K Indoor Confinamiento 2020, que nació en Murcia por iniciativa de los organizadores de los 100K Los Alcázares. El albaceteño Javier Pérez, el toledano Andrés Vázquez y los murcianos Ginés Soto y Manolo Rico se lanzaron a la aventura de poner en marcha desde sus casas un reto que logró dar la vuelta al mundo.

Los protagonistas fueron numerosos y llamó la atención los escenarios donde se atrevieron a realizar esas kilometradas. En un pasillo de 9 metros, una habitación de 25, un patio, un sótano, el salón, el jardín, alrededor de un dúplex, subiendo y bajando escaleras, en cintas de correr y descalzos. Vamos a conocer a varios de sus protagonistas.

Desde el epicentro

Aunque la idea nació en la Región de Murcia, se sumaron a la misma aficionados al running de todo el mundo. Algunos de los protagonistas de la tierra fueron Juan Silvestre Gabarrón 'Juansi', un muleño aficionado al ultrafondo que realizó 50 kilómetros en un recorrido de 30 metros; Loli Navarro López, una moratallense del Filippedes Moratalla que hizo 50K en 9 horas, 11 minutos y 26 segundos, como también logró su vecino Francisco Jesús Campos Ibáñez.

Desde Cartagena, aunque ahora residente en Andalucía, se sumó al reto Alo García, una de las integrantes de Zancadas sobre Ruedas, que hizo 50K descalza por la terraza y pasillos de su casa en 7 horas y 28 minutos. Antonio Segura Tovar es bombero en el aeropuerto de Corvera y vive en Los Narejos, donde en un pasillo de apenas nueve metros completó los 100K en 20 horas y 10 mutos. Satur Sánchez Gómez optó por dar 750 vueltas al jardín de su casa en Molina de Segura para alcanzar los 50K. Unos kilómetros antes, en los 30, tuvo que abandonar por unas molestias Óscar Párraga Ríos, del Blade Runners Calasparra: "No era plan de lesionarse tal y como está la cosa; que no crean que los que hacemos esas cosas somos unos insensatos", decía. Su compañero en el mismo club Borja Alegría Ruiz, residente en Guadalupe, sí que alcanzó los 50K en su domicilio.

Maki Ferrándiz Crespo, de los Rajaos Runners de Alcantarilla, completó 100K en una cinta, mientras que Aarón Romaguera Sánchez se atrevió con los 50K en un recorrido con 32 escalones: "Realizar tantas repeticiones en un lugar tan pequeño te vuelve loca", comentaba al finalizar su aventura. En un bancal de 250 metros completó los 50K el yeclano de 29 años Jorge Rico Palao mientras que en Cartagena, un integrante del Mandarache, José Antonio García Gallego, alcanzaba los 60 sobre una cinta en el sótano. También empleó una cinta Joaquín Amat, del Ranero Corre, director de postventa del Centro Porsche Murcia de 46 años de edad y habitual corredor de montaña, que alcanzó los 50K.

El cartagenero José Alcaraz Rivas, de 62 años, se diseñó un circuito entre la cocina y el salón para llegar a los 100K, mientras que Pedro Medina, del Red Deportiva Yecla, alcanzó los 50K en un recorrido rompepiernas de 200 metros.

Pepe Martínez, de Zancadas sobre Ruedas, le echó un poco más de imaginación. Hizo 50K en un garaje de 45 metros y decidió poner a cada uno de los avituallamientos el nombre de alguno de los seres queridos que están viviendo en estos momentos alguna situación difícil.

Soledad, de 42 años, e Inma, de 51, pese a que durante todo este estado de alarma han tenido que ir a diario a trabajar por pertenecer a servicios esenciales, no dudaron en desafiar el desgaste que han llevado laboralmente añadiendo un 50K. Inma, que es pamplonesa, lo hizo sobre la cinta de correr, mientra que Sole, que es natural de Madrid, optó por andar. Y todo eso en su piso de Murcia, donde residen desde hace seis años.

También en un piso de la capital de la Región, en el barrio de La Flora, Moisés Martínez se lanzó a por los 50K en un espacio de apenas unos 20 metros. "Opté por dar pasos cortos para amortiguar la pisada y así no molestar al vecino de abajo", dice este aficionado al running que acabó con las caderas cargadas.

Hasta 555 vueltas a un circuito de 90 metros en un dúplex tuvo que dar Francisco Sánchez Beltrán, vecino de El Palmar de 64 años de edad, quien añadió a sus 50K unos 33.410 escalones, por lo que al final acumuló un desnivel de 9.990 metros.

"La mente y el cuerpo son más fuertes de lo que creemos". Esta frase es de Antonio Avilés Manresa, un vecino de Cabezo de Torres que tiene un hijo de 9 años edad. "Lo hago por él, para demostrarle que a pesar de las adversidades, si uno se lo propone puede con todo", dice un deportista que se atrevió con los 50K.

Lydia Bohamann Rosales es madrileña y vive en Murcia. Pertenece al equipo Demonios de la Montaña y tiene tres hijos. Completo los 50K mientras recibía en el móvil numerosos mensajes de apoyo. A unos kilómetros de distancia, en Las Torres de Cotillas, Juan Antonio Belando Caravaca le dio 1.900 vueltas a un circuito de unos 216 metros en su garaje para alcanzar los 50K en 6 horas y 49 minutos. En Cartagena, un Runtritón como David Lorente también cubrió la misma distancia, en su caso en un patio de apenas veinte metros al que dio 2.400 giros.

Un especialista en carreras de ultrafondo como el yeclano Pedro Juan Zafrilla, pintor de profesión, realizó los 50K en su sótano, de apenas 45 metros. Su vecino Francisco Antonio dio dos mil vueltas a un recorrido de 25 metros en solo 5 horas y 45 minutos pese a que está saliendo de una grave lesión en un hombro, aunque para él realizar este reto fue "la mejor medicina". En Cartagena, Francisco Atanasio Hernández, de 70 años de edad y vinculado al fútbol a través de la SFC Minerva, dio rienda suelta a su pasión por el running en un circuito en su casa que partía en el balcón, pasaba por el comedor y culminaba en la galería para volver al principio. Completó los 50K en 6 horas y 17 minutos.

Teresa Sánchez es una alcantarillera que se atrevió con los 50K en un garaje de apenas 10 metros, mientras el aguileño Francisco Robles Cazorla completó la misma distancia andando por el pasillo y el comedor de su casa. En total, solo 13,20 metros en cada una de las vueltas que realizó para alcanzar la meta en 10 horas y 43 minutos. También en un corto espacio se movió José David Infantes Hidalgo, un militar de 47 años de La Línea de la Concepción afincado en Alcantarilla, donde entre la cocina, el pasillo y el salón logró encadenar 12 metros con los que llegó a 50K en 4h.38. Algo más de espacio tuvo José Antonio Valverde Martínez, del Alhama COYM (100 metros al perímetro de su jardín), para conseguir también los 50K.

En familia corrió la familia Del Pozo. José María (padre) y sus hijos José Julián y Sergio. Con la ayuda inestimable de Ana Pérez, la madre, alcanzaron los 50K en un salón de una casa de Cartagena de 14 metros al que tuvieron que dar 3.600 vueltas para alcanzar la meta. Estos integrantes del Kampamento Base no fueron los únicos que hicieron el reto en familia. Martín Pedro, de Lorquí, estuvo acompañado por sus hijos María y Martín en los 50K.

Antonio Iniesta Belando ha corrido infinidad de maratones en su vida, pero ninguno en sus propio domicilio y sobre su cinta, sobre la que completó 50 kilómetros. En el polo opuesto está Pedro José Mendoza Rodríguez, un totanero residente en Alcantarilla. Hace poco que se aficionó al running y apenas había hecho carreras de 5K, pero eso no fue impedimento para que en cinco intervalos llegara a completar 50K en cinco horas y media sobre una cinta. Mientras tanto, en San Javier, acompañado durante un tiempo por su hijo, Fernando Postigo Cler simuló hacer la 'Javierada' con 50K dando vueltas a un jardín de 92 metros. Cada quince minutos cambiaba el sentido de las vueltas para evitar la monotonía.

Dos de los organizadores, al margen del tiempo que tuvieron que emplear para poner en marcha esta prueba indoor, también predicaron con el ejemplo. Manolo Rico realizó 100K en un pasillo de 8 metros, mientras que Ginés Soto optó por la terraza para correr durante seis intensas horas.

Los gallegos también quieren marcha

A mil kilómetros de Murcia, en Galicia, también hubo participantes en esta singular carrera. Ese fue el caso de Montse González, de 47 años, vecina de Gulans, en Pontevedra. Ella es aficionada al ciclismo y nunca antes había participado en una carrera, pero su amiga Cristina Domínguez la animó a diseñar un circuito de 120 metros en su jardín donde llegó a completar 51K en 9 horas y 27 minutos. Sin salir de la misma provincia, la propia Cris, que es vecina de Redondela y tiene 53 años, alcanzó los 50K.

Asturias, paraíso natural

Héctor Moro es asturiano. Regenta la Sidredría El Requexu, en el corazón de Gijón. Se planteó un reto ambicioso: parar el crono en 3 horas y 15 minutos sobre una cinta. Para ello debía pasar por la maratón en 2h.39. Pero sus piernas dijeron basta después de acumular muchas horas corriendo durante la semana. Al final, después de cinco horas y media encima de la cinta, logró su objetivo de completar los 50K.

País Vasco, contra el mal tiempo

José Atulbe del Hoyo es de Gueñes (Vizcaya). Tiene 48 años y pertenece al club Ostruka Sodupe y lleva tres décadas metido en el atletismo popular, realizando maratones. En su casa tenía una cinta que solo utilizaba cuando no podía salir a correr por el mal tiempo. Pero en el confinamiento ha sido un tesoro para este vasco que en 3 horas y 28 minutos se metió en el cuerpo 50 kilómetros.

En Muskiz, también en la provincia de Vizcaya, en un garaje de 20 metros de largo, Marco Franco Picón se unió al reto para hacer 50K con la compañía de su mujer y sus hijos pequeños: "Mentalmente es muy dura, pero algo que recordaré toda la vida", decía este vasco que llegó a los 50K en 4 horas y 45 minutos.

Lander, que es de Elgoibar (Gipuzkoa), tenía el dorsal para participar en esa misma fecha en un maratón. Pero a falta de esa experiencia sobre el asfalto, decidió apuntarse a este reto en la modalidad de 50K.

Málaga, al poder

Salvador Berrocal Naranjo es técnico deportivo del área de deportes del ayuntamiento de Coín. Exmilitar de la UME, tiene licencia como trialeta y realizó el reto en una terraza de 22 metros, donde alcanzó 50K después de mucho sufrimiento. El aliento de su pareja y de sus vecinos, que siguieron con atención la hazaña de Berrocal, le persuadieron de quedarse en el intento y le ayudaron a llegar a la meta con lágrimas en los ojos pero satisfecho.

Teresa Velasco, con 27 años, fue una de las participantes más jóvenes. Esta malagueña, pese a su corta edad, lleva en sus piernas innumerables carreras de ultrafondo. En esta ocasión quiso hacerlo en homenaje al 061, el Servicio de Urgencias de Andalucía, y a todos esos sanitarios que están en primera línea durante estos días. Y por ello realizó 61 kilómetros en 5 horas y 33 minutos.

Otro malagueño, en este caso Rubén Romero Manrique, logró diseñar un recorrido muy completo. El pasillo, el salón comedor y la habitación de matrimonio le valieron para sumar unos 35 metros, a los que tuvo que dar 2.860 metros para llegar hasta los 100K con las plantas de los pies al rojo vivo.

En Antequera, en el corazón de la provincia de Málaga, Jesús Camacho Pérez, que lleva toda la vida dedicándose a la larga distancia, afrontó una carrera totalmente diferente a las que había realizado hasta el momento y paró el crono de los 50K en tres horas y media.

Madrid, de norte a sur

Al madrileño Juan Gutiérrez Morales muy pocos le conocen por su nombre, pero sí por Ares Descalzo, ya que correr así todas las pruebas y lo hace con el fin de dar visibilidad a los niños que sufren un trastorno del espectro autista, como su hijo. En un jardín de 50 metros llegó a contabilizar los 100 kilómetros en 13 horas y 5 minutos.

Andrea Redondo ha jugado toda su vida al baloncesto, desde los cuatro años, pero cuando probó su primera media maratón, se enganchó. Esta madrileña de 23 años se planteó hacer una maratón, pero se pasó unos kilómetros y llegó a los 50.

Al sur de Madrid, en Leganés, a Alberto Gutiérrez no le valió con hacer 100K, sino que llegó hasta los 112 para hacer un homenaje a "esos héroes sin capa que tenemos sin capa en esta país que trabajan en el 112" como son los profesionales de este servicio. Y a la misma vez, en un garaje de Valdemoro, Javier Hermosilla Andrés deslizó una sonrisa entremezclada en el sufrimiento cuando completó los 50K, la misma sensación que vivió Pepe Turrón, un vallisoletano afincado en Madrid, quien dio mil vueltas al patio de su casa para completar los 50K en 7 horas y 23 minutos.

En Coslada, tres Kavila's Team, la familia Redondo al completo, se atrevió con diferentes distancias. José Antonio, el padre, se fue hasta los 100K, mientras que José y su sobrina Andrea optaron por los 50K. Todos ellos en un espacio de 15 metros con idas y venidas de la habitación al pasillo.

Castilla y León, siempre activa

Javier Antón es jiennense pero vive en Valladolid. Allí, en la Ribera del Duero, se atrevió con 81,5K en un pasillo de 14,5 metros. Completó la hazaña en 18 horas, "pero respetando el sueño de los vecinos", aclara este aficionado a las carreras populares que también ha hecho sus pinitos en los trails.

En la gélida Soria, en el pueblo de Ágreda, la tierra natal del campeón olímpico Fermín Cacho, Jesús del Río empleó 10 horas y 55 minutos en dar 3.850 vueltas a un circuito de 26 metros que le dieron como resultado 100,1 kilómetros.

Jorge Martín, de 33 años, realizó 25,6 kilómetros en Salamanca, mientras que en Palencia, un miembro del Ultrafondo Cantabria, Daniel Rodríguez Sáiz le dio 2.000 vueltas a un circuito de 25 metros entre el salón, pasillo y habitación de su piso, donde completó 50K en 10 horas y 55 minutos.

Comunidad Valencia, tierra de fondistas

Si hay una tierra donde el running es casi una religión esa es la Comunidad Valencia, con grandes campeones como el plusmarquista mundial Iván Penalva López, quien en Alfafar corrió 50K en 3 horas y 17 minutos sobre una cinta. Para ello, este ultrafondista que tiene en su poder los récords nacionales de 12 y 24 horas, tuvo la ayuda de su padre Rafael.

En Albal, Julio Villamón, diabético tipo 1 que pertenece al club Colla El Parotet, iba a correr la mítica Penyagolosa de 60K en Castellón y los 100K de Los Alcázares. Para combatir el desasosiego que le provocó estas dos anulaciones y el confinamiento, optó por hacer esta prueba indoor en el pasillo de su casa pasando por la cocina, donde giraba para volver al punto de partida. En total hizo 50K en 7 horas y 20 minutos.

Juan Antonio Ramón es de San Antonio de Benageber. Todos los fines de semana se pone un dorsal para correr pruebas que llegan hasta la distancia de maratón. Aprovechó cada rincón de su casa, incluyendo la terraza con el consiguiente ascenso y descenso de escaleras, para hacer 50K en 8 horas y 15 minutos. "Acabé reventado, pero nunca lo olvidaré", dice.

Al sur, en Elche, Manuel Ángel Campillo, un aficionado a las ultras que suele realizar descalzo y siempre con el fin de visibilizar la inclusión de las personas autistas, cogió un almacén de 100 metros para cubrir los 50K.

También dentro de la provincia de Alicante, Miguel Ángel González Conde, fundador y director de la Falco Trail de Cehegín, vivió otra experiencia nueva en su vida, en la que ha realizado expediciones a Nepal y Marruecos en su faceta de montañero. En su localidad natal realizó 50K en 13 horas este montañero que pertenece al Centro Excursionista de Petrer.

La conexión entre territorios también se dio. Eso ocurrió entre Andorra y Valencia. Dos integrantes del Valand Team, Sergio García y José Miguel Aznar, realizaron los 100K, el primero dando vueltas a un circuito de 78 metros, y el segundo a otro de 25.

Alberto Costilla, en Alicante, se atrevió con dos mil vueltas a un pasillo de apenas doce metros y medio. Pese a la monotonía, alcanzó los 50K en once horas.

José Vicente Dols, del Triatlón Los Madrugadores, que cuenta con deportistas aficionados de Monforte del Cid y Novelda, se atrevió con los 50K que realizó en solo 3 horas y 51 mintuos.

También en Tenerife

Álvaro Pérez de Armas, un vecino de Tegueste (Tenerife) de 55 años de edad que llegó a realizar veinticinco maratones en un solo año, convirtió su pasillo en una gran recta de 25 metros al que dio 1.950 vueltas para llegar a la meta de los 50K en 5 horas y 51 minutos.

A la sombra del Pilar

Celia Andrés Mora tiene 25 años. "Ni yo mismo apostaba por mí por el hecho de tener que realizar el recorrido en casa", decía esta zaragozana que optó por realizar los 50K andando. Empezó a las nueve de la mañana y concluyó a la una de la madrugada "pero lo conseguí", comentó orgullosa.

César Gimeno también es de Zaragoza, en su caso un hombre acostumbrado a realizar ultramaratones que completó el circuito indoor en la distancia de 50K sobre una cita en 4 horas y 53 minutos.

Barcelona también es ultramaratoniana

En Cornellá de Llobregat, Antonio Fontiveros, preparó un pequeño circuito de 10,63 metros al que dio 4.709 vueltas para llegar a los 50K en 8 horas y 26 minutos. Mientras tanto, en Badalona, Óscar González, del BS Running, vivió una experiencia que calificó de "brutal" en un recorrido de 45 metros al que dio vueltas hasta alcanzar los 60K.

Y en Barcelona, la tierra donde se realizan esta prueba de 24 horas que pone a prueba piernas y cabeza, Iván Quesada y Lluis Lázaro se levantaron a la cuatro de la mañana para iniciar el reto de forma individual pero en contacto con el grupo de amigos que también se atrevió con este reto.

Córdoba, siempre libre

Jorge Tortajada Alonso, de la localidad cordobesa de Doña Mencía, se sintió libre corriendo entre cuatro paredes. En solo un espacio de nueve metros, llegó hasta los 50K en 5 horas y 26 minutos.

El corazón de Castilla La Mancha

Eva María es una cordobesa que reside en Toledo. En su casa tiene una cinta y fue la que aprovechó para meter en sus piernas 50K. En la misma ciudad, Capi Teijeiro, se fue al garaje para hacer 50K con la mente puesta en la recuperación de un compañero de su equipo que llevaba un mes intubado en la UVI por el virus. Y Andrés Vázquez, uno de los organizadores y que profesionalmente se dedica a cronometrar carreras a través de la empresa ChipTiempo, utilizó hasta cronometraje oficial para realizar 50K en su patio. A unos kilómetros, en la provincia de Ciudad Real, concretamente en Almagro, una ciudad volcada con la cultura y el teatro, Carlos Galiano Aranda también utilizó una cinta para completar 50K en 5 horas y 1 minuto.