Absolutamente todas las caras que se podían observar en la llegada a meta de la Carrera de la MujerCarrera de la Mujer reflejaban una superación y un orgullo que por momentos se ha verbalizado, en otros se ha canalizado a través de un simple gesto alzando los puños, o lo más repetido por la mayoría de participantes, la celebración junto a otra mujer, ya fuese en pareja o en grupo, con quien se hubiese decidido participar en el evento.

Porque sobre todo esta jornada deportiva ha mostrado la unión que las mujeres son capaces de llevar a cabo, ya sea entre personas de su ámbito social, o simples desconocidas, ante situaciones de reivindicación como la celebrada esta mañana en el centro de Murcia. Los minutos previos al comienzo de la carrera por motivo del Día Internacional de la Mujer fueron un reflejo perfecto de esta unión, entre madres e hijas, estas con sus abuelas, amigas o compañeras de trabajo, que son conscientes de que juntas son mucho más fuertes.

Las 5.000 mujeres que se dieron cita en la Plaza de la Cruz Roja de Murcia han gritado de alegría como una sola garganta cuando Eugenia, la participante con más edad de la mañana, con ochenta y cinco años, ha cruzado la línea de meta en silla de ruedas acompañada de una buena parte de las mujeres de su familia, y también rugió de emoción con la llegada a meta en las primeras posiciones de una niña de apenas unos doce años, porque la celebración del Día de la Mujer no entiende de edades, se podría entender como un vendaval que va sumando apoyos, independientemente de la edad, raza, condición social o estado de salud, y que no para hasta que la masa reivindicativa es imparable.

No importa si se trata de una deportista consumada, una atleta acostumbrada al ejercicio físico o una mujer cuyo día a día le mantiene más cerca del sedentarismo que de la práctica del deporte; el Día de la Mujer bien vale una carrera. No se han visto caras de resignación por haber elegido realizar el trayecto andando en lugar de corriendo, opción elegida por una mayoría enorme de las asistentes, sino todo lo contrario, el simple hecho de participar en la carrera ya era un premio, y el modo de llevarla a cabo quedó en un segundo plano.

Al contrario que el año pasado, en el que la cuarta edición de la Carrera de la Mujer se desarrolló bajo un manto de agua, esta jornada ha amanecido con cielos totalmente despejados y una temperatura idónea para la práctica del deporte en la capital del Segura. Con una cifra record de participación, la prueba deportiva ha demostrado que la sociedad murciana, con el paso del tiempo, se va concienciando cada vez más con la igualdad entre hombres y mujeres. Bajo el protagonismo de las reivindicaciones feministas, el deporte contó con algunos momentos más destacados durante la mañana del domingo gracias a iniciativas como la del gimnasio McFIT, que se encargó de impartir una clase de zumba gratuita a todas las presentes en la Plaza de la Cruz Roja.

Deportistas casuales, atletas consumadas, asociaciones altruistas o clubes profesionales ente otros, pero mujeres en definitiva, que no han querido dejar pasar la oportunidad de reivindicar su figura en la sociedad en una mañana en la que deporte y mujer volvieron a unir lazos por un objetivo mucho más importante que una primera posición.

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