Ni uno solo de los tres mil ochocientos participantes que tomaron ayer la salida en la décima edición de la Ruta de las Fortalezas vive del atletismo. C0mo mucho, unos pocos de vez en cuando se embolsan algunos euros por ganar carreras. Pero de lo que no hay duda es que muchos de esos 'ruteros' cada día se toman el deporte como si fueran auténticos profesionales. Siguen los consejos de un entrenador, acuden periódicamente al nutricionista y tienen un fisioterapeuta de confianza que les trata cuando surgen las molestias musculares. En definitiva, aunque tengan que trabajar diariamente ocho horas -algunos días incluso más- en la hostelería, como la ganadora, o lidiar en las aulas con decenas de alumnos, como el campeón, se toman su hobby con la misma dedicación que un campeón olímpico.

Para comprobar el alto nivel alcanzado por la Ruta de las Fortalezas, una prueba que nació hace diez años, solo hay que comparar los tiempos de los primeros de las últimas ediciones. En 2019 la prueba tuvo un kilómetro más de recorrido. La dureza no creció, pero sí la distancia. Y pese a ello, hasta veintiún hombres completaron el espectacular trazado por castillitos y fortalezas de la ciudad en menos de cinco horas; y hasta doce mujeres, donde la evolución ha sido aún mayor, la completaron en menos de seis.

Ni José Antonio Agüera Martínez ni Irma Lorena Duchi Gómez, como decíamos, son profesionales del atletismo. El cartagenero de 40 años recién cumplidos es profesor de Educación Física del colegio Vicente Ros, trabajó en la construcción y también fue cartero antes de aprobar la oposición. Durante toda su vida ha ido superando todos los obstáculos que se le han cruzado en el camino. Ahora, en plena madurez y con dos hijas, está en un momento dulce. Desde que en 2016 ganó por primera vez la Ruta de las Fortalezas, no se ha bajado del podio. En 2017 y 2018 fue segundo, y ayer, pese a que los gemelos casi le revientan en la Atalaya, cruzó la línea de meta como campeón tras quedarse solo a cinco kilómetros del final, cuando Sisco Díaz Pozo, unionense con espectacular palmarés en las montañas de la Región Sisco Díaz Pozoespectacular palmarés en las montañas de la Región que saca tiempo de donde puede a su jornada laboral en Leroy Merlin para entrenar, se quedó clavado por un pinchazo muscular. Pese a ello, entró en meta solo un minuto y medio después que el campeón en una cita que le sirvió para preparar su próxima participación en la Transgrancanaria. El podio lo completó el ganador de la edición anterior, Ramón Navarro, triatleta, alma máter del TriRunner Pozo Estrecho, club del que es presidente.

Duchi, ecuatoriana de nacimiento y murciana de corazón, empezó a correr hace solo cuatro años. De hecho, su primera gran prueba fue la Ruta de las Fortalezas de 2015, que completó solo dos meses después de calzarse unas zapatillas de running. Cocinera de profesión con 36 años, hace solo dos semanas fue undécima en el Campeonato de España de Trail Running que se celebró en Murcia, donde la selección regional alcanzó un brillante segundo puesto. Pese a tener que dosificarse en los últimos kilómetros por unos problemas derivados de la escoliosis, casi acaba los 53 kilómetros con 2.000 metros de desnivel por debajo de las cinco horas (05:00:59), quince minutos más rápida que Verónica Bugliot hace un año. La segunda plaza fue para la albaceteña Raquel Padilla Domínguez, de 33 años y consumada corredora de trail, que trabaja en una clínica de medicina estética y que se estrenó en la Ruta con un podio con sabor a victoria.

La tercera plaza se la adjudicó otra murciana, en este caso la totanera de El Paretón Lourdes Heredia López, quien también se convirtió en la ganadora del primer trofeo por parejas junto a Diego Cánovas, ambos de La Ventanica Trail. Por detrás, en cuarta posición, acabó Inma Tonda, matrona cartagenera, dos veces ganadora individual, quien fue la segunda en la modalidad de dúos junto a su marido, el fisioterapeuta Antonio Ibarra.