Desde el 17 de abril de 2010 hasta el 14 de abril de 2018 han transcurrido nueve ediciones de la Ruta de las Fortalezas, una prueba deportiva que ha ido adquiriendo una enorme magnitud año tras año. Tanto es así que mañana, Cartagena se convierte en un gran escenario donde corredores populares y senderistas, todos ellos llegados desde el mundo amateur, pasarán muchas horas andando o a la carrera por los montes, fortalezas y castillos de la ciudad portuaria, en un recorrido que alcanza casi los 54 kilómetros en esta edición.

La Ruta de las Fortalezas, ideada por la Escuela de Infantería de Marina ‘General Albacete Fuster’, ha cambiado el paso conforme la prueba ha ganado en adeptos. Si en la primera edición fue consideraba una ‘marcha cultural’ para conocer el entorno de Cartagena -los que llegaron a meta tenían el acceso gratuito a todos los centros turísticos de Puerto de Culturas al día siguiente-, la de 2018 es un gran evento deportivo que aunque tiene el carácter competitivo de toda prueba de esta índole, lo desplaza a un segundo plano ya que el espíritu del participante va un poco más allá.

Se ha pasado de los cerca de 1.700 participantes de 2010 -una buena parte de ellos abandonó al no tener ni idea de donde se metían-, hasta los 3.800 de estas últimas ediciones ­-este año se han alcanzado los 8.000 preinscritos-.

La Armada ha tenido que ir invirtiendo en medios y personal y casi ha duplicado contingente en este periodo. Desde la organización siempre se ha tratado de que la jornada cumpliera fielmente con las expectativas de promotores y participantes, lo que ha exigido un importantísimo volumen de trabajo cada año que pasaba.

La organización ha sabido manejar la situación y ha sorteado los contratiempos que han surgido -especialmente en los diferentes recorridos que han tenido que ir ofreciendo -, con elegancia torera, para que el atractivo de la Ruta no perdiera fuerza.

Insisten algunos de los veteranos corredores de esta prueba que hay una ‘mano negra’ que se cierne sobre esta carrera con intereses poco deseables para el futuro de la misma.

Pero los que ahora se visten de corto y se calzan botas o zapatillas saben a lo que se enfrentan y andan mejor preparados que en 2010. Son muchos a los que la Ruta los ha sacado de la comodidad de sus vidas para meterles el gusanillo del deporte, la aventura y la solidaridad.

La Ruta de las Fortalezas ha evolucionado a mejor, ha crecido y mejorado sin perder el espíritu por el que fue concebido por la organización: dar más visibilidad a las Fuerzas Armadas y promocionar la ciudad portuaria.

La de mañana promete ser espectacular, no solo porque la Armada tratará de que así sea, sino porque los cerca de 4.00o participantes y los miles de ciudadanos y visitantes que acudan ayudarán, otra vez, a que sea una realidad.

La prueba se promocionará en Fitur la próxima edición de 2019

La Asamblea Regional ha dado su apoyo unánime a la Ruta de las Fortalezas, según ha afirmado el diputado regional, Miguel Cascales, defensor de la iniciativa planteada por el Partido Popular.

La iniciativa aprobada por la Cámara regional supondrá la promoción deesta prueba, organizado por la Armada, a través de la Escuela de Infantería de Marina ‘Albacete y Fuster’ y el Ayuntamiento de Cartagena, en el calendario de eventos deportivos de la Región y su promoción turística en Fitur.

Miguel Cascales recordaba que la prueba fomenta el deporte, la integración de la Armada en la sociedad y pone en valor el patrimonio cultural, militar y paisajístico de Cartagena, dijo el diputado quien recordaba, por otro lado que, en esta novena edición, el número de solicitudes de participación ha duplicado los 3.800 dorsales que podrán participar el próximo sábado. El diputado autonómico se detuvo en el impacto turístico que la Ruta de las Fortalezas tiene en Cartagena y aportó como dato que 800 de los participantes proceden de fuera de la Región, familias que se alojarán y disfrutarán del fin de semana en la ciudad con el impacto económico que tiene en el sector servicios, afirmaba.

Miguel Cascales puso en valor la experiencia continua y continuada de nueve años de una organización -la EIMGAF- de una prueba que cubre 53 kilómetros, tiene un desnivel acumulado de 2.100 metros y es considerada una atracción para deportistas de toda España.