Una espectacular 'isla flotante' construida con 3.612 botellas de plástico de la artista Olga Diego con la ayuda de alumnos de un instituto ofrece una reflexión sobre la acumulación de plástico en los mares, y lanza un SOS contra la contaminación del planeta.

Esta original pieza, un icosaedro o poliedro de veinte caras con luz interior, se exhibe hasta mediados de diciembre en una de las salas temporales del Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA) e invita al espectador a consumir menos envases, especialmente los de un solo uso, que acaban flotando en los océanos.

Es fruto de la colaboración de Olga Diego (Alicante, 1969) con los alumnos del instituto Miguel Hernández de la ciudad, que han participado en la recogida de los envases y en la obtención de los hilos que unen los módulos hexagonales de 91 botellas que dan forma a la isla, los cuales provienen del reciclado de plásticos.

Esta construcción de Olga Diego se fraguó hace siete años al conocer que existía una gran mancha de plástico en el océano Pacífico (ahora hay cinco) que era un ejemplo más de que "si se sigue destrozando la Tierra como ahora, no nos durará mucho".

Para la artista, "el arte es una plataforma que puede llevar mensajes que mejoren nuestra vida" y ha confiado en que la 'isla flotante' ponga su granito de arena para que, después de la pandemia sanitaria de la covid-19, "seamos mejores personas y para que el planeta tenga una oportunidad". Olga Diego ha defendido que "la pieza artística puede ser muy bella pero sin una segunda lectura", carece del sentido necesario para cumplir con su misión transformadora.

La idea inicial, el pasado diciembre, era conformar una gran bola "flotante" para lanzarla en marzo al Mediterráneo a la altura de la playa de La Albufereta para que permaneciera allí durante varios días. "Queríamos que se viera de día y de noche (luz) para que reflejara realmente el problema de las islas de plástico en los océanos y empujar a que cada uno desde su casa consuma menos y que utilice más envases de cristal", según Diego.

La pandemia, no obstante, "se atravesó" con el proyecto porque el confinamiento impidió la botadura en el mar y ahora la pieza ha sido reconvertida de la esfera al poliedro actual para su exhibición en el MACA, que dirige Rosa Castells, con el fin de que el resultado de la colaboración con los alumnos del Miguel Hernández "no quedara neutralizado" por el virus.

Los estudiantes han participado en el marco del programa educativo 'Menuts Veïns', que este año cumple la quinta edición y que tiene por objetivo fomentar entre los más pequeños el interés por la plástica contemporánea, ha relatado a Efe una de sus responsables, Natalia Peña. Cada año coprotagoniza la iniciativa un centro educativo junto a un artista, en esta ocasión el instituto Miguel Hernández, aunque este año con Olga Diego se han sumado algunos estudiantes de otros centros.

Olga Diego es una polifacética artista licenciada en Bellas Artes por la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche especializada en los procesos escultóricos, performances, audiovisuales y el dibujo. Su trabajo se caracteriza por la construcción de diversos artefactos y la exploración de los mismos a través de performances, como cuando invirtió tres años en el diseño de un globo aerostático cuadrado a partir de plásticos y precintos transparentes, con los que llegó a volar durante más de 30 minutos en la ilicitana playa del Carabassí en 2015. También cuando en 2018 permaneció varios días encerrada sin parar de pintar durante 24 horas en un espacio de Londres para explorar los límites del cerebro durante el proceso creativo.