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Dicen los datos de Ecoembes que la Región de Murcia es la segunda comunidad con más aumento de reciclaje de plástico y papel. Para los ciudadanos, separar los residuos para echarlos en el contenedor correcto es un hábito que lleva años instalado en los hogares. Pero hay objetos que no se reciclan todos los días. Por ejemplo, los neumáticos.

Resulta que tienen un ciclo de vida de más de mil años. No hay agente físico, ni químico, ni biológico que les ataque de una manera espontánea, por lo que un neumático abandonado a la intemperie en el campo puede tardar un millar de años, incluso más, en degradarse y desaparecer, con el consiguiente impacto estético y elevado riesgo de incendio. Además, la mala gestión de estos neumáticos está despreciando sus materias primas, como el caucho o el acero, que podrían reaprovecharse.

Y no sirven para fabricar otro neumático. Su proceso de fabricación es complicado, puesto que se trata de un producto que requiere unas características muy específicas que garanticen la seguridad del vehículo. El último paso de su fabricación es la vulcanización: significa que el neumático se somete a altas temperaturas, con el fin de mejorar las características de los cauchos naturales y sintéticos. Esto reduce al mínimo las propiedades plásticas y aumenta las elásticas. Este proceso no es reversible.

¿Cómo se les da una nueva vida? Hay que llevarlos a las instalaciones de transformación, donde se someten a un proceso de trituración. Se parten en trozos sin separar sus principales componentes, que son acero, textil y caucho. A partir de ahí, se hacen piezas más pequeñas hasta conseguir extraer el acero y aspirar el textil.De los componentes principales, el acero se recicla en acero; el textil se usa para aislamiento; y el caucho se puede utilizar para diferentes usos como rellenar campos de fútbol, superficies deportivas, suelo de parques infantiles, carreteras, barreras de seguridad o mobiliario.

SIGNUS Los principales fabricantes, unidos por el medio ambiente

El Sistema Integrado de Gestión de Neumáticos Usados (SIGNUS) es una entidad sin ánimo de lucro creada en 2005 por los principales fabricantes de neumáticos (Bridgestone Hispania, Continental Tires, Goodyear Dunlop Tires, Michelín y Pirelli Neumáticos) con el objetivo de retirar los Neumáticos Fuera de Uso (NFU) para procesarlos y obtener así materiales reciclados con valor añadido. En virtud del Real decreto 1619/2005, los fabricantes quedan obligados a hacerse cargo de la gestión de los residuos derivados de sus productos y a garantizar su recogida y correcta gestión ambiental para fomentar su reutilización, reciclado y otras formas de valorización, con la finalidad de proteger el medio ambiente. En la imagen, unos mecánicos retiran neumáticos usados en un taller.

Por qué hay que reciclarlos

Reduce el uso de materias primas. ¿Con qué se hace un neumático? Con caucho, ya sea natural y sintético. Así, la fabricación de neumáticos concentra un gran porcentaje de la industria del caucho, constituyendo el 60% de su producción anual. El caucho natural se extrae a partir del árbol Hevea Brasiliensis y su explotación intensiva ha favorecido la pérdida de biodiversidad y de bosques tropicales. Por este motivo a día de hoy el caucho natural abarca sólo el 30% del mercado, el resto lo ocupan los cauchos sintéticos.

· Crea puestos de trabajo y fomenta la economía circular. Dar un nuevo uso al neumático supone preservar el medio ambiente y algo tan importante como ayudar a la creación y al mantenimiento de puestos de trabajo. Reciclar es un viaje circular y ecosostenible que genera miles de puestos de trabajo, directos e indirectos, preserva la materia prima y respeta el medio ambiente, fomentando un modelo de economía circular más justo con la sociedad y la naturaleza.

· Decoración original y de capricho. Mesas, sillas, revisteros, columpios para los niños como los que salen en las películas... Con un neumático usado se pueden hacer cosas originales para la casa. Basta con pintarlo y echarle un poco de imaginación.

· Preserva la biodiversidad. Al año, cerca de mil millones de neumáticos llegan al final de su vida útil en todo el mundo. Su masiva fabricación y la gran dificultad para hacerlos desaparecer, supone un gran problema medioambiental. Un neumático necesita mucha energía al ser fabricado y si no es reciclado, provoca una gran contaminación ambiental al degradarse. Si un neumático termina abandonado en la naturaleza, su degradación puede tardar hasta mil años. Por lo tanto, el reciclado de neumáticos fuera de uso es muy importante para preservar el medioambiente y la biodiversidad.