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La compañía energética Enagás ha puesto en marcha en su planta de regasificación de Cartagena un proyecto mediante el cual podrá obtener hidrógeno verde 100% limpio a partir de energía solar, en un proceso de electrólisis. El objetivo es inyectarlo en la red interna de la instalación, mezclado con gas natural, lo que permitirá maximizar la eficiencia energética de la planta, así como reducir su huella de carbono.

Esta iniciativa supone la primera experiencia de inyección real de hidrógeno en una planta de regasificación a nivel europeo, con el apoyo de un sistema de almacenamiento eléctrico a pequeña escala.

Para Enagás, los gases renovables pueden desempeñar un papel fundamental para lograr la neutralidad en carbono en 2050, objetivo del Pacto Verde Europeo impulsado por la UE. Por ello, dentro de su estrategia para los próximos seis años, Enagás ha fijado dedicar en torno a 300 millones de euros al desarrollo de proyectos de hidrógeno y biogás-biometano que promuevan el proceso de descarbonización de la economía.

En este proceso, las infraestructuras de gas existentes en España pueden ocupar una posición destacada, ya que están preparadas para almacenar y transportar estos nuevos gases renovables, sin necesidad de realizar inversiones adicionales relevantes en redes.

 El hidrógeno verde, vector energético del futuro

Las energías renovables no eléctricas, como el hidrógeno verde y el biogás-biometano, se presentan como una solución energética clave para la descarbonización de la economía. En este sentido, Enagás apuesta por el hidrógeno verde, dado su carácter 100% renovable.

Son muchos sus atributos como vector energético de futuro: sirve como almacenamiento de energía renovable y cuenta con múltiples aplicaciones, como por ejemplo en la industria o la movilidad. Además, puede usarse en sectores clave que no tienen soluciones claras de descarbonización.

El hidrógeno verde se obtiene a partir de energías renovables, principalmente energía solar fotovoltaica y eólica a través de la electrólisis del agua, es decir, de la descomposición electroquímica de la molécula de agua en hidrógeno y en oxígeno. Se trata de una energía 100% limpia, ya que en todo su proceso de producción las emisiones de CO2 a la atmósfera son nulas.

España, en concreto, se sitúa como uno de los países con mayor recorrido para su producción a gran escala, gracias en parte a su alto recurso renovable y a la existencia de una red mallada de infraestructuras gasistas, interconectada con Europa y el norte de África.