Cualquiera de las actividades que realizamos en nuestro día a día, desde la más cotidiana, tiene un impacto sobre el planeta y la única forma de revertir esta situación es mediante la colaboración de todos. Las grandes empresas, como agentes influyentes y de cambio social, deben jugar un papel clave en la lucha contra el cambio climático. Es el caso de Banco Santander, considerado el banco más sostenible del mundo según el Dow Jones Sustainability Index 2019.

Entre sus grandes logros y objetivos -que le han llevado a obtener este reconocimiento- está la movilización en 2019 de 19.000 millones de euros en financiación verde y el objetivo de invertir 120.000 millones de euros hasta 2025 para combatir el cambio climático. Además, la entidad trabaja desde hace tiempo para reducir su huella medioambiental, su generación de residuos y las emisiones en su actividad de negocio. Así, de cara a 2021, su objetivo es eliminar el uso de plástico innecesario en todas sus oficinas y edificios del mundo y, para 2025, que el 100% de la electricidad que utilizan provenga de fuentes renovables.

Neutros en carbono en 2020

En la actualidad, el 43% de la electricidad que utilizan ya procede de fuentes renovables y el banco se ha comprometido a ser neutro en carbono este mismo año, es decir, compensar el 100% de sus emisiones que genere en su actividad diaria. Estas fueron algunas de las acciones que Ana Botín, presidenta del Santander, resaltó en la última Conferencia sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (COP25), celebrada en diciembre en Madrid, y donde la entidad fue una de las patrocinadoras y tuvo un papel muy activo.

Para conseguir sus objetivos y desarrollar su actividad de manera responsable y sostenible, el Santander comenzó en 2019 su estrategia de movilizar 120.000 millones de euros de financiación verde hasta 2025 y 220.000 hasta 2030 para promover la transición energética. Como punto de partida del plan global de emisiones sostenibles, el pasado mes de octubre emitieron un bono verde por valor de 1.000 millones de euros a siete años para financiar proyectos de energía eólica y solar.

Precursores de la Banca Responsable

Estos pasos y metas encuadran al Banco Santander a la cabeza de lo que significa ser un banco responsable, según los Principios de Banca Responsable elaborados por la Iniciativa Financiera del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Este programa, del que forman parte un total de 129 bancos de todo el mundo, establece que el sector bancario debe ser parte activa y actor clave en la acción por el clima para frenar el calentamiento global, la puesta en marcha de energía no contaminante o la producción y el consumo responsable. En definitiva, para garantizar un futuro más sostenible e inclusivo.

Recuperación verde

Ahora, con vistas a continuar su propósito una vez cese la crisis de la Covid-19, Botín se ha sumado a la Alianza para la Recuperación Verde (Green Recovery Alliance) promovida en el seno del Parlamento Europeo con el apoyo de partidos políticos, líderes empresariales y financieros, asociaciones sindicales, ONG, think tanks y grupos de interés.

El objetivo es claro: apoyar la reconstrucción tras la crisis y desarrollar un nuevo modelo de prosperidad impulsando para ello la movilización de paquetes de inversión verdes que actúen como aceleradores de una transición hacia una neutralidad climática y ecosistemas saludables. Como recoge el manifiesto de esta Alianza, la batalla contra la pandemia y la batalla contra el cambio climático y la degradación de la naturaleza no son dos enfrentamientos opuestos, sino que deben librarse y ganarse al mismo tiempo. Para ello, es necesaria una respuesta económica sólida de la que el Banco Santander ya es partícipe.