El cambio climático es una realidad innegable y la lucha por combatirlo es tarea de todos los implicados. Hace ya casi dos décadas, Iberdrola detectó que era un desafío real para la Humanidad que requería una actuación urgente, en la que el sector eléctrico era clave para aportar soluciones con las que combatir este problema global. Desde entonces, la compañía ha contribuido a conducir la transición energética hacia un futuro sostenible, con una inversión acumulada cercana a los 100.000 millones de euros, que le ha llevado a que más de dos tercios de su capacidad instalada sea hoy libre de emisiones. En los últimos tres años, la compañía ha conseguido evitar 60 millones de toneladas de CO2.

Pero conscientes de que el desafío tiene que ir más allá y alineada con el objetivo de limitar el calentamiento global por debajo de 1,5ºC, Iberdrola se ha propuesto reducir en un 50% su intensidad de emisiones de CO2 en 2030 con respecto a 2007 y ser neutra en carbono para 2050.

Este enfoque pionero por un mundo limpio ha permitido a Iberdrola ser una de las cinco mayores eléctricas del mundo, suministrando energía sostenible a cerca de 100 millones de personas en el mundo y ser líder mundial en energías limpias con cerca de 31.000 megavatios renovables instalados.Una apuesta comprometida

En este camino por la sostenibilidad, Iberdrola continúa desarrollando su estrategia de negocio plenamente alineada con los objetivos climáticos y ha redoblado sus inversiones, con el objetivo de consolidarse como la principal compañía renovable y contribuir, así, a la irrenunciable descarbonización de la economía. Para ello, pretende invertir más de 34.000 millones de euros entre 2018 y 2022 -un 47% será para redes inteligentes y un 39%, para energías renovables-, con lo que la compañía prevé desarrollar en torno a 10.000 nuevos megavatios (MW) renovables hasta 2022.

Además, para Iberdrola, cerrar las plantas de combustible fósil es esencial para avanzar en esta descarbonización. Hasta el momento, la compañía ha clausurado ya 15 plantas de carbón y petróleo con una capacidad combinada de 7.000 MW y ha comunicado su intención de clausurar las dos últimas centrales de carbón que le quedan en todo el mundo, que suponen menos del 2% de la capacidad total instalada del grupo.La COP25, una gran oportunidad

En esta lucha contra el cambio climático, ha sido fundamental el papel impulsor desarrollado por el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, desde su llegada a la compañía en 2001. El grupo ha respaldado las negociaciones internacionales de cambio climático mediante su participación en las Cumbres del Clima desde antes de la COP21 de París.

Galán también ha mostrado su apoyo a la ambición climática ante los gobiernos y organizaciones reunidos en la Asamblea General de las Naciones Unidas, que tiene lugar cada año en septiembre. En la última cumbre climática convocada por el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, el presidente de Iberdrola centró su intervención en la necesidad de actuar ya y con mayor ambición contra este gran reto al que se enfrenta toda la humanidad.

Además de tener uno de los posicionamientos más ambiciosos en políticas climáticas, Galán ha sido también uno de los primeros líderes empresariales que apoyaron el objetivo de alcanzar el objetivo de emisiones netas nulas en 2050, tanto en el contexto global como a nivel europeo.

En el marco de la Cumbre del Clima (COP25) que ha arrancado esta semana en Madrid bajo la presidencia de Chile, Iberdrola reiterará su compromiso con un escenario climático alineado con un aumento máximo de la temperatura de 1,5ºC y con un marco adecuado de transición justa en el proceso de descarbonización.