El recinto ferial de Ifema acapara estos días la máxima atención mediática internacional. Tras el ofrecimiento del Gobierno español, Madrid es finalmente la ciudad encargada de albergar, bajo la presidencia de Chile, la 25 Conferencia de la Convención Marco de Naciones Unidas contra el Cambio Climático.

El encuentro reúne a organizaciones ambientales, empresarios y científicos de prestigio, y contará, según las previsiones del Gobierno, con más de 50 autoridades entre jefes de Estado, jefes de Gobierno y ministros. Y se prevé que las sesiones programadas para los próximos días atraigan a más de 25.000 personas de 200 países diferentes.

Esta Cumbre del Clima, también conocida como COP25, tiene una transcendencia extraordinaria. Si en la COP24, celebrada el año pasado en la ciudad polaca de Katowice, se acordaron las reglas que deben guiar el desarrollo del Acuerdo de París, el encuentro de Madrid debe servir, una vez fijados los objetivos y las reglas del juego, para que los gobiernos presenten sus compromisos reales con los que poder cumplir globalmente lo acordado.

El Acuerdo de París de 2015 es el mayor pacto multilateral vinculante frente a la crisis climática y establece un plan internacional de acción para limitar el calentamiento global "muy por debajo de los 2 grados centígrados y proseguir los esfuerzos para limitarlo a 1,5 grados".

La cita que se celebra en Madrid es crucial puesto que las aportaciones de los distintos países presentadas hasta la fecha resultan insuficientes. En esta Conferencia de las Partes (COP25) deberá ponerse el énfasis en la acción climática y en la consecución de compromisos ambiciosos y concretos por parte de los diferentes gobiernos para avanzar en el objetivo de frenar las emisiones de gases de efecto invernadero que amenazan el futuro del planeta.

Bajo el lema Time to Action (Tiempo para la acción), el encuentro en la capital de España aspira además a avanzar en otra de las metas que figura en el Acuerdo de París: orientar los flujos financieros para lograr un desarrollo resiliente al clima y de bajas emisiones.

  • 113.000 m2 de superficie
  • 4.000 personas de staff técnico
  • 1.500 personas trabajando en el montaje
  • 2.000 voluntarios
  • 1.400 horas empleadas para el diseñode los espacios
  • 1.000 toneladas de material de montaje
  • 25 kilómetros de cable de red
  • 10 kilómetros de fibra óptica

La COP25 pretende, por tanto, sentar las bases para que los países, las empresas y los individuos pongan solución cuanto antes a los peores efectos del calentamiento global y se pueda lograr una transición hacia la neutralidad climática en la segunda mitad del siglo XXI.

Tras anunciar el Gobierno de Donald Trump a principios de noviembre que EE.UU. abandona finalmente el Acuerdo de París, la Unión Europea está llamada a liderar una hoja de ruta que permita reducir de forma drástica las emisiones. De hecho, los próximos 12 y 13 de diciembre, coincidiendo con la recta final de la Cumbre del Clima que tiene lugar en Madrid, se celebrará un Consejo Europeo en el que habrá de decidirse si Europa apuesta verdaderamente por convertirse en el primer continente climáticamente neutro.

El Parlamento Europeo, que ya contempla el objetivo de reducir al menos un 40% las emisiones de gases de efecto invernadero en 2050, quiere elevar este porcentaje hasta el 50-55% si otros países apostasen también de forma decidida por disminuir sus emisiones. La Cumbre del Clima que se celebra en Madrid se ha marcado también como objetivo sumar a nuevos países a este compromiso ineludible para afrontar la crisis climática.

España, que es partícipe del compromiso general adquirido por la Unión Europea, contempla el encuentro que se desarrolla en Madrid como "una oportunidad de redimensionar, reposicionar y volver a identificar, en clave climática, qué se entiende por progreso, prosperidad y desarrollo", en palabras de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera.

Ifema ha vivido un mes de noviembre especialmente frenético tras anunciarse que la Cumbre del Clima viajaba de Chile a España y asumir, por encargo del Gobierno español, la producción del acontecimiento. Feria de Madrid ha preparado en 18 días un encuentro internacional que, por sus dimensiones, se prepara habitualmente en 18 meses.

El desafío de producir una cumbre en 18 días

Las circunstancias han vuelto a poner a prueba la capacidad de Madrid como ciudad y de Ifema como recinto ferial para albergar un gran acontecimiento internacional. Pese a su envergadura, complejidad, relevancia e impacto mediático, para una entidad como Ifema, con dilatada experiencia en la organización de grandes eventos, el verdadero hándicap residía en lograr hacerlo en un tiempo verdaderamente récord. Y se ha conseguido.

Durante los últimos 18 días sus instalaciones han sido testigo de una actividad vertiginosa para que todo estuviese listo el día de comienzo de la Cumbre del Clima. En este tiempo se han sucedido las reuniones de coordinación entre equipos de Naciones Unidas, Gobierno de España e Ifema para cumplir con los numerosos requerimientos técnicos de telecomunicaciones, tecnología, seguridad, equipamiento, construcción, recursos humanos y logística.

Los trabajos en los siete pabellones que albergan la cumbre comenzaron el 17 de noviembre con la instalación de tomas para los servicios que requieren cada uno de los espacios y la instalación de estructuras de iluminación, además de la construcción de stands, salas, oficinas para las distintas delegaciones, centro de prensa y salas plenarias. Sobre una superficie de 113.000 metros cuadrados, más de 1.500 profesionales han desarrollado labores de montaje; 4.000 personas han conformado el staff técnico; 50 ingenieros han trabajado en el centro de coordinación de red, y unos 300 efectivos han sido contratados por Ifema para dar soporte directo a la organización requerida por la ONU.

En el recinto ferial se han definido dos zonas: la Zona Azul, que gobierna la ONU y que acogerá las sesiones plenarias de la COP25 y diferentes actos y eventos paralelos a la agenda oficial; y la Zona Verde, donde se desarrolla un amplio programa de actividades divulgativas y de concienciación, abiertas al público y con presencia de diferentes colectivos de la sociedad civil y empresas patrocinadoras. En esta área, que ocupa 3.000 metros cuadrados, hay un espacio dedicado a los jóvenes; otro, a la innovación y la ciencia, y un tercero, sobre el valor de los pueblos indígenas.

Fuera del recinto ferial se ha puesto en marcha el 'Eje Castellana Verde' que, en el corazón de la ciudad, desde Atocha hasta Plaza de Castilla, acogerá diferentes actos institucionales y corporativo para visibilizar la sensibilización hacia la necesidad de luchar contra el cambio climático.

Más allá de los límites de la COP25, la organización de un gran encuentro que concita el interés de 25.000 asistentes internacionales tendrá una extraordinaria repercusión en los diferentes sectores y servicios de la ciudad (hoteles, transporte, comercio, restauración). El impacto económico del evento, de acuerdo con una estimación de ingresos realizada a partir de un estudio realizado por la consultora KPMG para Ifema, superaría los 200 millones de euros.

A estas cifras se suma el impacto intangible de imagen y proyección que la Cumbre del Clima aporta a Madrid y a España.