Montaditos y quintos a 1 euro desde 1890: así era el bar "más antiguo" de Murcia

Abierto desde 1890 en su ubicación de la calle Mariano Vergara, fue testigo de los cambios de la ciudad manteniendo su esencia

Montaditos y cerveza a 1 euro así era el bar más antiguo de Murcia antes de bajar la persiana

Montaditos y cerveza a 1 euro así era el bar más antiguo de Murcia antes de bajar la persiana

Los bares y tabernas no son solo espacios donde se sirve comida y bebida; muchas veces son testigos vivos del paso del tiempo: pequeños archivos cotidianos donde se acumulan historias, generaciones y costumbres. En ciudades como Murcia cada local con solera guarda en sus paredes una memoria colectiva hecha de conversaciones, celebraciones y silencios que se repiten durante décadas.

Además de su valor patrimonial, los bares también cumplen un papel esencial como lugares de encuentro. Son puntos de reunión donde confluyen vecinos del barrio, universitarios, trabajadores, turistas o ciudadanos en general.

Por eso cuando uno de estos espacios desaparece o cambia de forma radical, se genera inevitablemente una sensación de pérdida. Recuperar su historia, aunque sea con una mirada al pasado, se convierte entonces en una forma de rendir homenaje a lo que fue. Y esto es precisamente lo que ha ocurrido con la taberna El Jesuso: uno de los bares más antiguos y emblemáticos del centro de Murcia.

Ubicada en el popular barrio de Santa Eulalia, en la Calle Mariano Vergara, a escasos metros de la plaza de toros de La Condomina, la taberna El Jesuso fue durante décadas un referente desde que abrió sus puertas en 1890. Entre los elementos que lo hacían único y que permanecen en la memoria de quienes frecuentaban el local estaban las escaleras, los toneles de vino, los quintos de autoservicio en un barreño lleno de hielo y, por supuesto, la comida.

La carta incluía tapas de toda la vida como embutidos, quesos, patatas cocidas con ajo, michirones, zarangollo y una especialidad de la casa conocida como "El simulacro": una albóndiga de carne picada chafada en la plancha a modo de mini hamburguesa con salsas que se servía por solo 1,50 euros. Otro clásico el montadito "Trimpe", llevaba lomo, roquefort y huevo de codorniz sobre el pan. Las patatas, según el humor de los dueños, pasaban a llamarse "yemas de caballón" o "chuletas de huerta" tal y como dan testimonio los artículos y publicaciones de Facebook que recogen el ambiente del local cuando todavía estaba abierto.

Todo esto ocurría bajo una decoración marcada por lo taurino. Fotos de Manolete, carteles de ferias, un rincón llamado "el de los Valientes" y hasta una imagen de Camarón compartían protagonismo con las voces de los clientes que han llenado el local generación tras generación.

Precisamente uno de los hitos más sorprendentes de la historia de este bar, hacia el momento de su cierre fue el 20 de noviembre de 2016, cuando un grupo de voluntarios del Grupo Animalista de la Región de Murcia (GARM) llevó a cabo una intervención que transformó por completo la imagen del local redecorándolo gratuitamente a cambio de que desaparecieran todas las referencias taurinas. El dueño, Ángel, aceptó la propuesta y ese domingo, miembros del colectivo pintaron las paredes, eliminaron cuadros y fotos relacionadas con la tauromaquia y escribieron mensajes positivos como: “Si enciendes una luz para alguien, también iluminará tu camino”.

Desde GARM explicaron que llevaban tiempo queriendo actuar en un espacio que representase el simbolismo de la cultura taurina, para enviar un mensaje claro contra el maltrato animal. Aseguraron que su acción era una forma de mostrar cómo la sociedad murciana está cambiando y que este tipo de intervenciones pacíficas eran una manera de avanzar hacia una mayor conciencia social.

Aunque El Jesuso dejó atrás su decoración taurina, y a pesar de no haber un anuncio oficial de cierre definitivo en ese momento, el paso del tiempo terminó situando al bar entre los que forman parte ya del recuerdo de la ciudad.

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